Capítulo 8

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—¿Quieres ir a comer a mi casa?

La pregunta de Hinata me tomó por sorpresa. Íbamos en mi auto, no habíamos hablado desde que salimos de la tienda y yo tampoco sabía que decir.

—¿Estás segura que no me invitas solo para que te lleve?

Ella rodó los ojos.

—Si no quieres ir, está bien. Puedo llamar ahora mismo a mi chofer — respondió.

—Nunca dije que no. Iré, en casa sólo comí arroz con agua.

—¿Arroz con agua? — Hinata me miró extrañada.

—Es una larga historia.

Comenzó a reír, y yo le seguí. El arroz con agua sonaba ridículo, pero era verdad.

Después de un rato más, llegamos a la mansión Tomoe, porque como era de esperarse, los padres de Hinata estaban divorciados desde hacía años, y ella vivía con su madre.

Luego de pasar el portón, estacioné el auto en la entrada y bajé, llevando conmigo varias bolsas de compras, mientras que Hinata tomó otras más, agradeciéndome con una mirada que la ayudara, y entramos a la casa.

—Miren, bolsas andando — dijo alguien a nuestras espaldas — Ah no, son Hina y Naruto.

Miré en dirección de donde provenía la conocida voz. Neji Hyuga, el primo de Hinata, se encontraba sentado en un sofá tan despreocupadamente.

—¡Neji! — gritó Hinata, dejando las bolsas esparcidas en el suelo y corrió a abrazar a su primo.

Neji se levantó y abrió los brazos para recibir a la chica.

—¿Porqué no avisaste que vendrías? — le reclamó ella.

—¿Para qué hacerlo? Ahora estás doblemente feliz — le respondió.

Se separaron, y Neji acomodó nuevamente su cabello castaño, siempre pensé que ese chico se veía genial con el cabello largo que mantenía en una coleta.

—Naruto, cuánto tiempo — dijo caminando hacia mí — La última vez que te ví tenías... como ésta estatura — puso un dedo en mi pecho, y mi error fue mirar, ya que lo pasó por mi cara rápidamente.

Reímos al unísono, Neji siempre me había caído bien, nos molestábamos con lo que sea desde niños, aunque era dos años mayor.

—Es bueno ver que sigues siendo el bromista de siempre — le dije.

—¿Cuándo regresaste de América?

—Casi tres semanas. ¿Y tú? ¿Cuándo regresaste de Europa?

—Casi dos horas — respondió consultando su reloj — Tardaste mucho — miró a Hinata

—¿Has venido aquí directamente? — preguntó ella.

—Tenía que verte primero, ya ha pasado un año. Y obtuve premio doble, ya que no había visto a Naruto desde que se fue.

Sonreí. Hanna-san se encontraba en su empresa, así que comimos sólo los tres. Al terminar, Hinata dijo que acomodaría sus compras que las empleadas ya habían subido a su habitación.

—Me sorprende el progreso que han tenido en su relación ustedes dos — comentó Neji cuando estuvimos solos.

—¿De qué hablas? — pregunté sentándome en un sofá en la sala de estar.

—Bueno, sé que están comprometidos, pero hace tres años apenas se saludaban, tengo entendido que no se vieron en dos años. Ahora la acompañas de compras. Qué buen novio eres — dijo lo último riendo.

¡Y es que odio amarte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora