Epílogo

1.8K 154 15
                                    

Diez años después...

La fiesta que organicé en la mansión Uzumaki era la más grande del año en el país. Los invité a todos. Ino y Sai estaban ocupados incluso en una fiesta, con los teléfonos pegados a la oreja, y el pequeño Inojin los jalaba de las manos libres. Shikamaru bebía todas las copas que podía y Temari estaba ocupada con una rabieta de Shikadai.

—¡Es igual a tí, un bebé llorón! — Gritó la rubia a Shikamaru.

Sonreí y dí media vuelta, pero un pequeño niño rubio de ojos azules chocó conmigo.

—¡Papá! ¡No es cierto! ¡Lo que sea que te diga no es cierto!

—¡Tío! ¡Boruto me jaló el pelo!

Ví que llegaba corriendo una niña de ojos y cabellos azabaches.

—Naruto, dile a tu hijo que deje en paz a mi princesa. — Me advirtió Sasuke a mi espalda.

—¿Y yo que culpa tengo? — Repliqué.

—¡Por Dios! Tú eras igual a esa edad. — Refunfuñó Sakura. — Mi hija llora igual que yo, por las travesuras que tu hijo le hace, así como tú me las hacías a mí.

Me reí, entonces escuché la suave voz del amor de mi vida.

—Hijo, por favor no le hagas esas cosas a tu prima.

Miré a Hinata, se veía hermosa con ese vestido largo, a pesar de los años seguía siendo mi todo.

—¡Ya llegaron mis abuelos y mi tío! — Gritó emocionado Boruto.

Corrió a la entrada, y se lanzó a los brazos de mis padres. Yo me limité a abrazar a mi pequeño hermano Menma, que era tan sólo un año mayor que mi hijo.

Entonces Boruto, Menma y mi sobrino Yahiko, el hijo de mi hermano Nagato, subieron de prisa las escaleras e invadieron el estudio privado de Hashirama.

No podía expresar con palabras la felicidad que sentía. Y lo que me llevó a ella. Siempre recordaría cuán doloroso fue cuando Hinata y yo teníamos 18, cómo lloramos y rompimos, lo que ferozmente vivimos, y cómo nos dimos la espalda millones de veces. Sin embargo teníamos 18, y corríamos a los brazos del otro una y otra vez.

¡Y es que odio amarte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora