Capítulo 15

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La mejor semana de mi vida.

Así es como describiría esos 7 días si me preguntaran. Además, no sabía que se podía querer tanto a una persona en tan poco tiempo, pero Minato Namikaze me lo había demostrado, no podía creer que pasé 18 años sin conocerlo.

Pero como dicen por ahí, la felicidad muchas veces se escapa por una puerta que no sabías que dejaste abierta.

—Haga el favor de acompañarnos.

Un hombre de traje y lentes oscuros fue el que habló. Tres más lo secundaban. Las personas que se encontraban en la cafetería miraban expectantes la escena.

—El presidente nos ha permitido usar la fuerza si se resiste.

Claro, al presidente no le importaba cómo me llevaran de regreso a Japón, mientras respirara.

—Iré. — Dije soltándome del agarre de uno de ellos.

—Naruto...

Miré a Hinata por encima de la mesa, la preocupación se reflejaba en su rostro.

—Despídeme de él. Resolveré ésto por mi cuenta. — Le dije al tiempo que me ponía en pie.

Ella también se levantó de la silla y desapareció la pequeña distancia que nos separaba para abrazarme.

—Le explicaré las cosas y luego tomaré un avión a Japón, lo prometo. — Susurró.

Asentí, acto seguido le dí un beso en la frente y otro en los labios, para después marcharme con las personas que habían llegado por mí.

Hicieron que me subiera a una camioneta completamente negra, inclusive sus vidrios. Yo sólo podía preguntarme cómo demonios mi abuelo se había enterado que estaba en América visitando a mi padre. A Hashirama no se le escapaba nada.

El tiempo que pasó se me hizo eterno. Apenas podía creer que horas antes estaba en una cafetería con mi prometida, esperando a que mi padre se desocupara del trabajo, y ahora me encontraba arribando en el aeropuerto de Tokyo. Catorce horas exactamente.

Eran las dos de la madrugada cuando llegué a casa, pero habían varias luces encendidas. Los "hombres de negro" me guiaron hasta la oficina de mi abuelo, como si no supiera donde quedaba.

Cuando entré y cerré la puerta tras de mí, mi madre estaba llorando.

—¿Qué has hecho? — Eso fue lo primero que Hashirama dijo, sentado en un sillón. — ¿Qué demonios has hecho para que el secreto de nuestra familia salga ahora a la luz? — Su voz temblaba levemente, y no sabía si era rabia u otra cosa.

—¿De qué hablas? — Pregunté cautelosamente.

—Todos lo saben. — Habló mi madre — Que no eres hijo de Tsunade, si no mío.

Me quedé de piedra con esa afirmación, rezando para que todo fuera un mal sueño.

—También saben que estuviste con tu verdadero padre. Ahora piensan que viviste con él en Estados Unidos. La gente no se callará con los asuntos de nuestra familia. ¡Hablarán de nosotros mientras se toman unos tragos! — Terminó gritando mi abuelo.

—Y te harán más rico. — Dije intentando sonar firme. — Habrán muchos rumores, entonces tus acciones subirán, ¿De qué te preocupas?

—¡Me preocupa tu vida!

—¡Una vida que yo no pedí! — Grité — Siempre he hecho lo que tú y mi hermano quieren, ¿Pero alguna vez me han preguntado lo que yo quiero?

—Presidente, por favor... — Susurró mi madre — No lo culpes por mis errores...

—¿Presidente? — Inquirí alterado — ¿¡Quién es el presidente en ésta casa, mamá!? ¡Es tu padre, no tu jefe!

¡Y es que odio amarte!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora