—Odio la trucha. — Escuché que decía Kiba.
La noche ya había caído. Era hora de la cena. Y bueno, el equipo azúl había perdido en el gotcha. Nos tocaba comer trucha.
—¡No pueden obligarnos! — Se siguió quejando el castaño.
—Claro que podemos. Somos los instructores. — Se mofó Asuma-sensei.
—Le diré a mi padre. — Inquirió Ino.
—Usted puede decirle al que quiera. Mientras están bajo nuestra custodia, mandamos nosotros.
Tal parecía que Asuma-sensei disfrutaba hacernos sufrir. Los demás que eran del equipo rojo, como Gaara y Sakura, sonreían burlones.
—¿Piensas quedarte y comer eso? — Me preguntó Shika al oído.
—Por supuesto que no. — Le lancé una mirada de complicidad.
—Sabía que no me fallarías.
Levanté la mano para captar la atención de los instructores.
—Disculpen, pero Shikamaru y yo hemos venido por nuestra propia cuenta, participamos en las actividades pero no estamos atados a las reglas, la prueba de ello es que nos quedamos habitaciones de hotel en lugar de tiendas de campaña. Con permiso.
Acto seguido comencé a caminar, alejándome de aquella fogata, con Shikamaru a mi espalda.
—¡No es justo! — Gritó alguien.
Oí las quejas de los chicos detrás de nosotros.
—Maldito, ni siquiera Asuma-sensei pudo rebatirte eso. — Comentó mi amigo mientras entrábamos al hotel. — Dejando eso de lado, ¿Traes tarjetas de crédito, no? Demasiado gasté en gasolina como para que también tenga que pagar tu cena.
—No seas llorón. Sí traigo, aunque en realidad todo va a caer a la cuenta de Nagato. ¡Atáscate todo lo que quieras que paga mi hermano! — Le hice un guiño.
—Tu hermano ya te odia lo suficiente, Naruto, ¿Quieres que te mate?
—Afectaría a la imágen del poderoso Nagato Uzumaki cometer homicidio.
—Aunque bien podría pagarle a alguien para que se ensucie las manos por él.
—18 años y no ha hecho. ¿Porqué ahora? Mejor cállate y camina.
—Eso estoy haciendo.
Llegamos a uno de los restaurantes, y nos dimos cuenta que algunos de los "ganadores" ya estaban comiendo ahí.
—Que casualidad. — Inquirió Shika.
Paseando la vista a mi alrededor, busqué a Hinata. Me había llegado el rumor de que Toneri se fue, y yo estaba más que contento. A ella no la había visto en la fogata, así que supuse que estaría ahí.
—¿Cómo le hiciste para terminar cenando aquí? — Dijo una voz conocida a mi espalda.
Una sutil sonrisa apareció en mis labios mientras la volteaba a ver.
—Yo también tengo dinero, Hinata. — Le respondí.
—Idiota, no me refería a eso. — Río — ¿Qué excusa le diste a Asuma-sensei?
—Tengo mis medios. — Le hice un guiño.
Ella negó con la cabeza y caminó hasta una mesa en la que estaban Tenten, Sasuke y Rock Lee.
—Supongo que no querrás sentarte ahí. — Dijo Shikamaru.
—No, ya no. El idiota de Sasuke me quita la mitad de lo que haya en mi plato.
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¡Y es que odio amarte!
Roman pour AdolescentsNaruto Uzumaki juró no enamorarse de la cínica Hinata Hyuga, quien además es su prometida, pero ¿podrá lograrlo siendo ella la única que puede pagarle con la misma moneda?