Me dirigí hasta la sala de anuncios, recientemente había oído la voz de Shikamaru dar un aviso por el megáfono, así que supuse que estaría ahí. No había visto a ese perezoso desde que volví, según me dijeron estuvo fuera del país.
Abrí la puerta y lo encontré escribiendo algo en una libreta.
—No puedo creer que me hayas tenido dos semanas esperando para verte — dije parándome frente a la mesa.
Alzó la vista y sonrió.
—Estaba a punto de ir a buscarte, yo tampoco puedo vivir sin tí — contestó.
Sonreí divertido y le extendí los brazos.
—¿No vas a abrazarme? — Pregunté.
—Detente, o podría enamorarme de ti.
—Creí que ya lo estabas, me rompes el corazón — puse una mano en el pecho fingiendo estar dolido.
—Ve acá, imbécil — dijo mientras se paraba y me abrazaba.
Después de palmear nuestras espaldas volvimos a sentarnos.
—¿Sigues siendo inteligente? — pregunté tomando su libreta.
—Más que tú sí.
—Pero no te puedes resistir a mi encanto — guiñé un ojo provocando las risas de Shikamaru — ¿Qué estás haciendo con todos esos papeles?
—Revisando. Son solicitudes para unirse al grupo de publicidad.
Fuí leyendo varios nombres, hasta que llegué a uno en especial.
—Ey, acepta a Sakura Haruno.
—¿Sakura Haruno? La nueva rica, ¿no?
—Sí, ella.
Cada que mencionaban el tema de Sakura, me ponía tenso. Habíamos llegado a la conclusión de que si quería sobrevivir en este colegio, tendría que hacerse pasar por una nueva rica. No se les hacía raro a muchos, ya que Sakura me conocía desde antes de entrar, conocía a Sai, incluso a Ino, así que comenzaban a hablarla, con Hinata era más difícil, no eran amigas y tenían pequeños roces, pero se saludaban y ya era algo. Quien verdaderamente daba problemas era el idiota de Sasuke, cada que se le daba la oportunidad molestaba a Sakura, no se tragaba del todo la historia, podía ser muchas cosas, pero no un tonto.
Hacía una semana yo le había comprado el uniforme escolar a Sakura, pues el costo estaba fuera de sus posibilidades, y se vería extraño que una nueva rica llegará a un colegio de prestigio en ropa civil. Después de todo, los únicos que sabíamos la verdad éramos Sai, Ino y yo.
—Lo pensaré, tengo otras opciones por aquí — respondió Shikamaru mirando dos solicitudes más.
—Acompáñame a la cafetería, tengo hambre.
—Que fastidio. Tú siempre tienes hambre — se quejó el ajeno.
[...]
—Estoy de vuelta — dije entrando a la oficina de mi abuelo. La costumbre de avisar se me había quitado en América, pero al llegar aquí tuve que regresar a ella.
—Está bien — respondió Hashirama — Come y después regresa, tengo algo que decirte.
Hice una inclinación de cabeza y luego me dirigí a mí habitación, preguntándome cuándo sería el día en que mi abuelo se encontrara en otra parte de la casa.
Una rato después, bajé las escaleras para ir a almorzar, y me encontré a mi hermano saliendo de la oficina de Hashirama. Nagato sólo me miró y siguió su camino hacia la salida.
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¡Y es que odio amarte!
Teen FictionNaruto Uzumaki juró no enamorarse de la cínica Hinata Hyuga, quien además es su prometida, pero ¿podrá lograrlo siendo ella la única que puede pagarle con la misma moneda?