Mensajes

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ELLA

Apoyó el móvil sobre mi cama, ahora mismo no la apetecía hablar con él, simplemente quería pedirle ayuda para el trabajo de francés, y sabía que la ayudaría, o, más bien, que se lo hará, nunca se niega, esta vez no tiene porqué ser diferente, nunca se cansa.

Desde el último trabajo de historia no había hablado mucho con él, bueno, de hecho, no había hablado con él, y no había sido por su insistencia, una vez al día la escribía un mensaje preguntándola como le iba todo, algunos días hasta le escribía dos veces al día. Al ver quien era, ella no entraba en el chat, había veces que le mandaba textos enormes, decía que eran poesías que había escrito él, ni siquiera las leía simplemente entraba al chat para pedirle "ayuda" con algún trabajo, sin embargo se lo acababa haciendo entero él, algunas veces se negaba pero con mandarle un par de emoticonos de corazones y de caritas tristes caía rendido.

Ella, en su cama, con la mirada perdida pensaba en Martin, hacía unos días que no la hablaba, y, aunque esté de viaje de estudios, tiene que sacar un momento para escribirla, y, pese a que los primeros días de su ida viviera más relajada al final acababa echándole en falta, al fin y al cabo se querían.

Desvió su mirada hacía la pared, su largo pelo con tintes rubios en las puntas recorría la almohada como si fueran ríos deslizándose entre el estampado de flores que tenía la tela, dividiéndose en sus afluentes y acabando con un pequeño rizo.

El móvil sonó.

- Seguro que es él- pensó

Encendió el móvil sin levantarse de la cama y marcó su pin de desbloqueo. Su vista se desplazó hasta su puerta, tras revisar que estaba todo en orden, resignada bajó su vista al móvil, cerró un poco los ojos a modo de desconcierto, pensaba que lo estaba leyendo mal. No era él quien le había enviado el mensaje.

Era Martin.

Algún día te girarás y no estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora