Cosas de mayores

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MAIA

La sonrisa había desaparecido del rostro de Maia. El cristal de la ventana le devolvía el vago reflejo de su cara cargada de preocupación.

- ¿Todo bien?- al girar la cabeza contempló la sonrisa de su hermana menor, sentada en su sillita de coche, en sus ojos se podía ver el esplendor de la infancia y en cada frase que decía ese tono infantil y dulce característico de nuestros primeros años.

- ¿Por qué no iba a estarlo Sarah?

- No lo sé- Sarah ladeó la cabeza- por eso te he preguntado si todo va bien.

Maia se fijó en su hermano mediano, que estaba como un loco apretando los botones de la consola que agitaba con furia mientras luchaba contra un monstruo en su videojuego, Sus padres charlaban entre ellos de algún asunto de su trabajo.

- Sarah ¿Te puedo hacer una pregunta?

- ¿Además de esa?

- Si, pero en esta no vale responder con otra pregunta.

Sarah miro fijamente a Maia esperando su pregunta.

- Si tu ya tienes un objetivo fijado pero algo se interpone entre él y tú ¿Lo apartas?

- ¡De una patada!- Sarah lanzó una patada al aire sin embargo impactó contra el asiento de su padre, que se giró y la miró seriamente.

- ¿Que te he dicho de las patadas?- Maia sólo pudo ver uno de sus dos ojos verdes, Sarah bajó la cabeza arrepentida, a su padre no le hizo falta más respuesta, volvió a dirigir su mirada a la carretera.

- Vale pero ¿Y si ese obstáculo que interfiere te hace replantearte el destino?¿Es entonces es realmente un obstáculo?

- Ni idea de lo que hablas- Sarah empezó a jugetear con los pies.

- Te lo reduciré a una pregunta más fácil ¿Que prefieres? ¿Tus sueños o el amor?

- Definitivamente mis sueños, el amor es cosa de mayores- ¿Por qué me lo preguntas a mi?.

- Porque en nuestra vida sólo décimos la verdad al empezar en ella, cuando todavía no tenemos desarrollado el sentimiento de empatía, y al acabarla, cuando lo perdemos, y tú no alcanzas los cinco años.

¿Era Ethan realmente un obstáculo en el camino para alcanzar su sueño?

¿O era la línea de meta?

La mirada de Maia volvió a perderse en el paisaje de la cuidad.

Algún día te girarás y no estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora