Anclajes

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ABIGAIL

Después de colocarse un mechón de pelo detrás de la oreja Abigail se recostó en su silla y sacó el móvil para ver su look en el reflejo.

Estaba bien, había tenído tiempos mejores, pero también peores.

Se soltó el mechón, definitivamente le quedaba mejor con el mechón recogido, se lo iba a volver a colocar detrás de la oreja, y lo hubiera hecho, de no ser por la voz de Martin, que le golpeó con su pregunta.

- ¿Hablando con el novio?

- Ya le gustaría a él- Abigail rompió el silencio incómodo que se había creado con una carcajada.

- ¿Has admitido finalmente que lo tienes?- Martin tenía sus ojos clavados en ella.

Abigail giró el móvil dandole a Martin la respuesta, sin embargo lo que Martin se esperaba: una conversación jugosa y llena de cotilleos, se convirtió en una pantalla apagada dandole en su lugar el reflejo de su cara decepcionada.

- No tengo novio, lo he dicho un millón de veces- Abigail había sonado mucho más seria de lo que sonaba de costumbre.

- ¿Y por qué no aprovechas ahora?  tienes a muchos tíos detrás de ti- saltó un compañero del viaje.

Abigail  movió su mirada hacia ese compañero y después de sonreirle fríamente le respondió.

- No es que tenga que aprovechar para echarme un novio, no quiero tener novio, no tengo la necesidad de tener novio ¿Por qué iba a tenerla? soy joven y todavía quiero vivir algunas cosas antes de anclarme a alguien.

Es curioso que hubiera utilizado esa palabra pero es como Abigail realmente veía las relaciones, como el anclarse a alguien y estar atrapado en él sin la oportunidad de salir.

- Vale, sólo digo que se te están eliminando algunas opciones- el chico levantó las cejas y miró intensamente a Abigail.

- Si esas opciones eres tú te aseguro que no es que te elimines sólo, ya estabas eliminando antes de abrir la boca-  Abigail le giño un ojo de forma burlona.

- Bueno, pero en el reino de los ciegos el tuerto es el rey- el chico no había tirado la toalla.

- Te aseguro que yo no voy a vivir en ese reino-  Abigail soltó una risita.

- Pero cuando todos estén pillados y sólo quede yo ¿Con quien te irás?- el chaval seguía luchando en una guerra perdida.

- ¿No te creerás que por el simple hecho de ser chica necesito un hombre en mi vida? yo me puedo valer por mi misma perfectamente y ser igual o más feliz que si estoy con un hombre, tu me has regalado un proverbio, yo te regalo otro: mejor sola que mal acompañada.

El chico se volvió a acostar en su silla con cara de pena, sin embargo, en el rostro de Abigail se vislumbraba una sonrisa victoriosa, Abigail se reclinó para atrás y dió un sorbo a su batido.

- Joder, que malo está- pensó.

Algún día te girarás y no estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora