De muy mala gana, Arthur dejó que me quedará a dormir esa noche en la habitación de Fey, claro está bajo amenazas de muerte durante la cena.
-Disculpa a mi hermano, siempre ha sido muy celoso- se disculpó ella.
-No lo culpo- le dije con una sonrisa, ella se puso nerviosa ante aquel comentario, pero aún así me sonrió.
-Buenas noches, Ash- me dijo antes de dormir.
Por obvias razones yo terminé durmiendo en el suelo, Arthur dejó claro que solo compartiríamos el cuarto, no la cama.
Me quedé dormido, y de nuevo se presentaron esas terribles pesadillas, mis demonios devorando me como todas las noches, en cuanto menos me di cuenta desperté de golpe.
-¿Q... Que? - dije respirando agitadamente, mis pesadillas siempre solían ser muy vividas, cada textura, cada olor, todo lo recordaba a detalle... Me causaba repulsión y miedo, ella me veía aterrada, yo había olvidado contarle eso.
-¿Estas bien?- preguntó con obvia preocupación en su voz, yo observaba fijamente esos ojos azules mientras buscaba una respuesta para eso.
-Yo... Tuve una pesadilla- dije entre agitadas respiraciones, creo que ella sabía que mentía, pero aún así me mostró una sonrisa entristecida.
-... Ya veo... - dijo en voz baja.
-Lo siento... Vuelve a dormir- le dije, yo no tenía pensado seguir durmiendo, ya había sido bastante por esa noche, Fey bajó de su cama y cerró la puerta con llave.
-Duerme conmigo, mi hermano no se dará cuenta- sonrió inocente. Eso hizo que mi corazón se acelerará de golpe.
-No, no debo, está bien duerme, voy a salir- me levanté tomando mi chaqueta de mezclilla pero ella me detuvo.
-No puedes salir... Podría pasar algo malo, podrían encontrarte... Y luego... - sus ojos se hicieron vidriosos- No quiero que nada te pase- sus lágrimas brotaron y se cubrió el rostro.
Honestamente esa reacción me sorprendió... Era la primera vez que alguien me decía eso. Me giré para verla de frente... Su cabello rubio caía como cascada sobre sus hombros, realmente era una niña muy bonita... Pero yo aún estaba en duda si realmente me había enamorado.
Sin embargo, en este mundo y más en mi posición, enamorarse era algo prohibido, el amor y el aprecio nos hace vulnerables... Lo viví en carne propia, a veces las personas no son lo que parecen, y aunque había demostrado ser buena conmigo y los demás... Aún no confiaba completamente en ella.
-No sabes quien soy, no te metas en mi vida- le dije en un tono frío.
-Ash, yo... - alguien tocó la puerta y no la dejó terminar.
-¡¿PORQUÉ DEMONIOS ESTÁ CERRADO CON LLAVE?!-gritó una voz bastante familiar para ambos, Fey rápido abrió la puerta. Arthur entró observandome con una mirada asesina, trague saliva un poco nervioso.
-E-escuché ruidos y me levanté a cerrarla, pensé que alguien había entrado a casa- dijo Fey jugando con su cabello.
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