Capítulo 11: Lince

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La subasta comenzó; pasaron a mis compañeros uno a uno, los exhibían como si se tratara de animales en una función de circo. A  algunos los desnudaron, era horrible, yo apretaba con fuerza el mantel de la mesa intentando liberar mi ira inútilmente.  El viejo Dino tomó mi mano y yo la retire de inmediato.

—¡NO ME TOQUES! — Le grité furioso. Todos voltearon a nuestra mesa un tanto extrañados por el escándalo. Uno de los guardaespaldas de Golzine me dio una bofetada tirándome al suelo.

—Mocoso de mierda, ¡¿Cómo te atreves a levantarle la voz a papá Dino?! — Me gritó indignado.

Dino sacó un arma y apuntó a su guardaespaldas, este lo miró aterrado.

—¡NO VUELVAS A TOCAR A ASH!... O TE VOLARÉ LA CABEZA. — Le dijo furioso. Él sujeto tragó saliva, asintió y se alejó despacio, Dino me levantó del suelo por la camisa.

—Comportate, o te castigaré. — Me regañó en silencio. No me quedó de otra más que callarme, era inútil, no había nada que hacer... Ellos me miraron con sus ojos llenos de lágrimas... Esos ojos que pedían ayuda a gritos... Y yo no podía hacer nada más que regresarles una mirada perdón.

Terminando el evento, Dino me llevó tras el escenario... Ahí estaban mis amigos. Yo corrí hacia ellos abracé a uno de los pequeños.

—Ash... Quiero ir a casa... — Me dijo entre sollozos él pequeño Bill. Yo acariciaba su cabeza... Pensando y pensando que hacer, pero entre más lo hacía el resultado se hacía menos favorable.

—¿Vamos a morir? — Me preguntó uno de los mayores un poco serio. Mis lágrimas comenzaron a brotar...

¿Siempre sería así?...¿Siempre sería incapaz de proteger a quien quiero? Los niños del Club de béisbol en Cape Cod... El anciano del bar... Mi familia de la calle... Todos mis intentos habían sido inútiles.

Era inútil mentirles...

—Si... Vamos a morir. ¿No están contentos?... — Les dije tembloroso.  Mis lágrimas caían sonbre las pequeño manos de Bill, acaricié la mejilla del pequeño.

—El cielo... Debe ser un lugar muy hermoso... Nos veremos ahí... Dios nos recibirá a todos. — Sonreí a mis amigos. Ellos me miraron atónitos. Él Pequeño Bill comenzó a llorar y los demás también. Se abrazaron entre ellos... No se si lo que hice fue lo mejor...

—Vámonos, solo te traje para que te despidieras. — Me jaló del brazo el viejo, rompí en llanto.

—¡¡ESPÉRENME!! ¡¡ESPÉRENME AHÍ!!! — Les grité llorando ellos. Se despidieron con la mano entre sollozos y tristes lamentos... De verdad... Solo quería morir.

Dino me llevó afuera. Me solté del brazo inmediatamente y me senté en la banqueta.

—¡Te odio, Te odio, Te odio!... - le dije repetidas veces.

—Que lástima que eso no cambie las cosas, Ash. — Me contestó en un tono burlón.

—¿Qué le pasará a mis amigos?... — Pregunté temiendo lo peor.

—Los niños que vendemos en la subasta, generalmente son usados como esclavos sexuales.

Apreté fuerte mis ojos.

—Pero no sufrirán mucho. Les ponemos una droga especial, al cabo de un par de años... mueren. —

Abracé mis rodillas y agaché la cabeza... Había fracasado otra vez. Unos pasos fuertes se acercaron.

—Y bien,  ¿ya lo decidiste? — Pregunta una voz ronca y grave de fondo. Era el hombre que se acercó a la mesa al inicio de la subasta.

—¡Senador!  Me ha tomado por sorpresa... Mmm... — Dino se rasca la barbilla mientras me mira de reojo.

—20, 000 Dólares, por ésta noche. Me parece un buen precio.— Le dice al obeso; éste sonríe.

—Jaja, ya esperaba que no fuera barato. Haré que valga cada centavo... — Se saboreó los labios. Me levanté aterrado y uno de los guardaespaldas de Dino me tomó fuerte del brazo.

—¿A dónde vas pequeño gatito?... Hoy tendrás una pijamada.— Me dice en tono burlón. Comencé a golpear y patalear para que me soltaran en un último intento de desesperación.

—Parece que no será fácil eh... Bueno,  podemos calmarlo un poco.— Dino chasqueo sus dedos, el guardaespaldas asintió y sacó una jeringa de un pequeño maletín. Me clavó la aguja...

Solo recuerdo que todo se puso nubloso. Luego me desvanecí...

Cuando desperté estaba en una habitación diferente. No podía mover mis brazos ni mis piernas. Me sentía mareado. Recorrí el lugar con lo que alcanzaba mi mirada... Por la ventana pude darme cuenta que estaba en un edificio alto... Ya era de noche. Había una luz encendida,  giré la mirada. Era el baño... Había alguien ahí.

—Mi lindo conejito despertó— Dijo una voz con eco. Sentí una mano recorrer mis delgadas piernas... La imagen se hizo más clara... Era ese obeso... ¡Mierda!

—D-Dino... ¿Dónde está?... — Dije con dificultad.

—Tú papi me dejó a cargo de ti esta noche. Por un alto precio— Me acarició la mejilla. Apreté los ojos con fuerza cuando él empezó a lamer mi pecho.

—¿Vamos a jugar, conejito? — Se subió en la cama quedando justo sobre mi...

—No soy un conejito, Gordo de mierda.— Le dije con lágrimas en las mejillas.

—¿Ah no? Jaja, ¿Entonces que eres? — Se burló mientras se quitaba el cinturón. Lo miré con furia. En ese momento yo no podía hacer nada, pero de algo estaba seguro. Podrían tomar y lastimar mi cuerpo tanto como quisieran,  pero nunca doblegarían mi espíritu,  eso es lo único que me pertenece y ahora y nadie me lo va a quitar... ¡NUNCA!

—¡Soy un LINCE! y algún día... ¡Te vas a arrepentir! —

Continuará.

Hola!  Mil disculpas por la demora! 😭 tenía mucha tarea y de verdad olvidé hacer el capítulo por completo 💔 pero aquí lo tienen!  Si les gustó dejen su ⭐!
Y como siempre agradezco a daebxk por su edición!
Nos leemos en el siguiente 👍

Mientras Mi Ser Se RompeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora