Capítulo 13: Indomable

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Dino tomó mis manos sujetando el arma... Mi corazón se aceleró de golpe, algo parecido a una corriente eléctrica me recorrió de la cabeza a los pies. El hombre estaba aterrado, se movía inútilmente y sus gritos eran sofocados por esa tela vieja que cubría su boca...

—Hazlo, Ash... No lo pienses demasiado.— Susurró el viejo cerca de mi oído. Apreté los ojos con fuerza.

—¡HAZLO! — Me ordenó... Y obedecí.

El estruendo se escuchó fuerte y claro. Seguido de un sonido largo hecho por la corriente del viento, abrí los ojos...  FALLÉ.

—Tsk, parece que tus sentimientos influyen. — Caminó Dino acercándose al sujeto y disparándole el mismo en la cabeza. Me estremecí un poco.

—También debe ser porque eres pequeño todavía,  cariño. Supongo que tendré que esperar un poco para mostrarte más sobre esto... O tal vez encuentre un maestro más apto para ti.— sonrió.

Me tomó de la mano y me llevó dentro de la mansión.

—Ash, voy a salir fuera del país unos días,  necesito que te portes bien ¿Entiendes? —Me tomó de la barbilla.

—Si.— contesté sin mucho ánimo.

—Buen niño, te voy a extrañar, cariño.—

Paso su mano por mi cintura y me dio un beso en los labios, yo ni siquiera reaccioné...

—Tengo algo que mostrarte antes.— Dijo entrando a la casa.

Nos dirigimos a un lugar distinto al que yo conocía, era como una gran Biblioteca, me emocioné al ver tantos libros juntos, a mi hermano siempre le había gustado leer, me había enseñado que en los libros se encuentran mundos maravillosos a donde puedes escapar por unidad momento... Creo que yo necesitaba eso ahora.

—Esta es mi biblioteca personal, tengo desde literatura Clásica hasta libros de ciencia avanzados, todo lo que no entiendas lo podrás encontrar aquí.— Me dijo. Yo no dejaba de pasear mis ojos por cada uno de los estantes, una tenue sonrisa se formó en mis labios, y Dino lo notó.

—Hace tiempo que no te veía sonreír por ti mismo.— Mi sonrisa se borró de inmediato...

—Sabes que te amo,  ¿Verdad? — Acarició mi cabello, yo dirigí la mirada al piso. Estaba contento por los libros,  pero no significa que le estaba agradecido al viejo.

—Bien, me voy esta noche así que tienes tiempo para leer lo que gustes, igual... YA NO VOY A PROSTITUIRTE.— Dijo serio. Giré rápidamente mi cabeza hacia él sorprendido.

—¿De que hablas? — pregunté temeroso.

—Cuando otras personas toman rueda cuerpo siento que no se miden y te lastiman, no quiero eso.— Dijo sonriendo.

"Tu tampoco te mides" Pensé.

—Así que ahora serás solo de mi uso personal, nadie más que yo va a tocarte.— Se dirigió a la puerta y se fue.

Ciertamente esto me aliviaba un poco ya que había tipos que se excitaban de más, incluso me golpeaban e introducían juguetes dentro de mi. Mi cuerpo si lo resentía y posiblemente el viejo lo notó, estaba un poco más tranquilo, además tenía muchos libros para mi solito, posiblemente podría encontrar uno de los favoritos de Griffin. Eso me alegraría.

Tomé la escalera de la biblioteca y comencé a tomar varios libros de mi gusto y algunos didácticos también. Ahí habia de todo, incluso estaba cerca un escritorio que usé como pupitre. Sin saberlo me quedé ahí toda la noche,  leí varias mini novelas y algunos libros de matemáticas (Cuando Griffin volviera no quisiera atrasarme en la escuela). Sonreí imaginando una futura vida con mi hermano,  pero algo interrumpió mis pensamientos. La puerta se escuchó, alguien entró a la Biblioteca.

Con pasos silenciosos me acerqué a ver, al ver quien era retrocedi instantáneamente... MARVIN CROSSBY.

—Vaya, vaya, ¿Te diviertes, princesa? — Se rió.

—Lárgate, Dino me dejó estar aquí, no me interrumpas— Le dije firmemente.

—Yo solo vengo por algo,  ayer logré encontrar el escondite de un enemigo de Papá Dino,  Papá estaba muy feliz, ¿Sabes? — Se acercaba a mi poco a poco y yo retrocedía.

—Estaba tan contento que dijo "¿Cómo puedo recompensarte?",  y... ¿sabes que contesté yo? — Me dijo con una mirada sedienta, yo trague saliva.

—"Quiero que me dejes domar a tu pequeño Lince". Jajaja, eres mi premio hoy— Se acercó y me tomó bruscamente del brazo.

—¡NO, NO, NO! ¡ALÉJATE!— Grité tratando de resistirme inútilmente. Me llevó hasta una habitación y me arrojó a la cama, en la habitación había varias cámaras de video,  el cerdo pretendía grabar todo.

—No se cuando se vuelva a repetir esta oportunidad, así que necesito un recuerdo, jajaja.— Se burló mientras se quitaba el pantalón.

Me giró de espaldas para poder penetrarme por detrás. El dolor no era tan grande como en otras ocasiones (debe deberse al pequeño pene del cerdo Blanco) pero aún así sentir su cuerpo sobre el mío sudando y jadeando como un animal en celo me causaba una inmensa repulsión.

Cuando terminó me dejó tendido en la cama, se subió los pantalones y se relamió los labios,  salió de la habitación riendo a carcajadas. Una inmensa frustración se apoderaba de mi... Deseaba ser más grande para poder darle su merecido a toda esta bola de viejos depravados, pero me era imposible, yo solo era un niño de 11 años.

Pasó el tiempo,  Dino regreso y las cosas cambiaron,  ahora sólo era juguete de Dino,  cenaba en su mesa,  me contaba de sus viajes durante la cena. También me enseño a distinguir muchos tipos de vinos que el tenía, modales en la mesa, incluso bailar (esto último no me gusta mucho).

Pero a pesar de todo,  yo siempre seguí intentando escapar. Para Dino yo era su hermoso Lince salvaje de espíritu indomable,  pese a que esto le frustraba también le excitaba mi rebeldía.

Conocí a varias personas, maestros y entrenadores físicos,  Dino fue puliendo poco a poco su fina arma...

Pasaron 3 años, cumplí 14, y en un viaje que Dino hizo... Finalmente logré escapar.

Corrí por las calles de Nueva York,  con una sonrisa dibujada,  reí como loco,  estaba realmente feliz,  solo debía encontrar refugio, pensar en un plan para escapar a otra parte,  tenía dinero con migo,  todo estaba a mi favor,  no me fijé cuando choqué con una persona.

—¡Perdón!... ¿Estas bien? — Dije asustado, ella se quito el cabello del rostro y me miró fijamente,  su cabello era rubio, pero distinto tono del mío,  y sus ojos azules. Unos ojos hermosos.

—S-Si, estoy bien. La próxima vez ten cuidado.— Se levantó y se sacudió el vestido. Le ayudé a recoger sus cosas, noté que su rostro estaba ruborizado... Por un momento olvidé que yo era un chico "hermoso",  y como la ropa que Dino me daba era fina,  probablemente peso que era un niño rico perdido en un callejón.

Pero por alguna razón... No quise dejarla sola.

Continuará....

Hola!!!  Gracias por leer el capítulo de hoy!!! Ash logró escapar de la mansión de Golzine, ahora ¿Que le espera en las calles? ¡No se pierdan el siguiente!  Y gracias a daebxk por su edición!  Nos leemos después! ❤

Mientras Mi Ser Se RompeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora