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Oía claramente como las personas de esta clase mencionaban algo sobre la familia de Boruto e incluso algunos especulaban sobre si yo era parte de esa familia.
—Supongo que no tienes ni idea de a lo que ellos se están refiriendo —mencionó una voz femenina provocando que dirigiera mi mirada hacia ella—. ¿Quieres saber por qué ellos dicen todo eso?
—Claro.
Aquella chica que poseía anteojos comenzó a explicarme la historia de la familia de Boruto, ella me ha dicho que la razón por la que especulaban así de mí era por mis ojos. Ya que la familia por parte de la madre de Boruto poseía aquellos ojos denominado Byakugan.
—No les prestes demasiada atención a lo que dicen de ti. —me ha dicho mientras me extendía su mano. —Mi nombre es Uchiha Sarada.
—Uchiha... —pronuncié provocando así que Sarada me viera algo inquieta—. Un gusto conocerte.
Le dediqué una pequeña sonrisa a Sarada para luego dirigirme al lugar donde se encontraba Mitsuki. En el trayecto comencé a pensar en dónde había oído aquel apellido, sabía que había escuchado sobre los Uchiha, pero no recordaba bien de dónde lo había oído.
—¿Estás lista? —me preguntó Mitsuki mientras me dedicaba una sonrisa. Yo lo miré sin comprender a lo que se estaba refiriendo a lo cual él apuntó a una dirección—. Pronto será tu turno de pelear.
—¿Debo de contenerme? —pregunté a lo cual él simplemente se encogió de hombros sin saber responderme—. Supongo que seré suave.
El profesor de la clase había mencionado mi nombre, por lo que comencé a dirigirme hasta donde se encontraba y al llegar al lugar, frente a mí se encontraba un chico alto y moreno, el cual poseía un chakra fuerte.
—Vamos, ven con todo lo que tienes —mencionó mientras me veía con superioridad—. No seré suave solamente porque seas una mujer.
—¿Estás seguro? —pregunté con la cabeza ladeada, a lo cual él simplemente asintió. Se le veía bastante seguro por lo que cumpliré con lo que me pedía—. En ese caso... allá voy.
Con un movimiento rápido aparecí frente a él pudiendo ver todos sus puntos de chakra, el ver aquel chakra me hacía sentir tan entusiasmada que no medí mis golpes. Su chakra era fuerte y quería hacerlo mío, quería obtener parte de su chakra en este momento para así sentirme bien.
—¡Es suficiente, Tsukiko!
El oír la voz de Boruto provocó que me detuviera y así hacerme ver lo que estaba provocando. Había dejado a aquel chico alto y moreno inconsciente en el suelo debido a que sus puntos de chakra habían sido cerrados.
Había estado tan cegada con el chakra que esparcía que estuve a punto de arruinar el plan que habíamos conformado.
—¿Por qué me miras de esa forma, Boruto? —pregunté al ver que me veía con algo de enfado—. Solo he cumplido con lo que él me ha pedido.
—Te has excedido. Ese no es el modo de pelear —me ha dicho para luego señalar sus ojos—. Conozco lo que causa el Byakugan por lo que sé que Iwabee estaba es peligro. Utilizarlo con todo su poder es bastante peligroso.
—Ya veo. Entonces no lo volveré a hacer —mencioné mientras formaba una sonrisa causando que él soltara un suspiro—. ¿Me contarías más acerca del Byakugan?
—Eh. Bueno, yo no sé demasiado, pero puedo preguntarle a mi madre. —dijo con algo de pena, pero a los pocos segundos me sonrió ampliamente. —Le preguntaré si puedo llevarte a casa para que así te cuente todo.
—Gracias, Boruto.
Sonreí ante las palabras de Boruto, él me llevaría a su casa donde vivía el hombre con aquel chakra inmenso. Debería de averiguar más sobre aquella persona y de todos los que vivían en este lugar, y Boruto sería la persona más adecuada para guiarme.
Él me ayudaría en mi plan, aunque no estuviera enterado de ello.
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