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He soltado un suspiro agotador al recordar que debía de ir de acampada junto a mi abuelo. Sinceramente preferiría estar entrenando con Sasuke, pero no he sabido de él durante un buen tiempo.
Ni siquiera ha respondido a las cartas que le he enviado. ¿Siquiera las recibe?
— ¿Sucede algo, Boruto?
He pegado un pequeño brinco del susto al ver aparecer a Tsukiko frente a mí y el tenerla tan cerca de mí ha ocasionado que comenzara a colocarme inquieto.
— ¿Qué haces por aquí? —pregunté mientras me alejaba de ella. Mi corazón no soporta tanta cercanía—. Creí que saldrías con Kakashi a unas aguas termales.
—Él ha tenido un asunto importante que atender —me ha dicho sin quitarme la mirada de encima—. La verdad no me importa demasiado. Yo solo quiero pasar tiempo contigo.
El que me haya dicho eso con una sonrisa ha ocasionado que mi corazón comenzara a latir de manera descontrolada. Definitivamente ella un día de estos me matará de un ataque al corazón.
—Oh, yo tengo una acampada... —he callado mis palabras al ver el halcón mensajero de Sasuke pasar por sobre nosotros—. ¡Estoy por aquí!
He comenzado a seguir al halcón para así poder averiguar donde se encontraba Sasuke. Yo en verdad tengo muchas ganas de entrenar con él, ya que, quería volverme más fuerte y así poder proteger a mis seres queridos, pero en especial poder proteger a la chica que me gusta; para proteger a Tsukiko.
Cuando averigüé donde se encontraba Sasuke he sonreído victorioso. Él se encontraba cerca de Suna, por lo que debería de dirigirme hacia dicho lugar para así poder solicitarle que entrene conmigo
— ¿Encontraste lo que buscabas?
Ante la pregunta de Tsukiko se me ha pasado por la cabeza el que me acompañara hasta donde se encontraba Sasuke, pero al recordar que ella no podía salir de Konoha, he deshecho aquel pensamiento.
No pensaba volver a ponerla en peligro.
—No. No encontré nada —le he mentido fingiendo decepción—. Creo que no es mi día de suerte.
—Ya veo.
He rascado mi mejilla algo nervioso para luego anunciarle que debía de prepararme para una semana de campamento con mi familia, por lo que debía de irme.
Me sentía mal por mentirle, pero sabía que si le mencionaba a donde pensaba irme ella no dudaría en seguirme. Ella me ha dicho que mientras estuviera conmigo me protegería y es algo que aprecio, pero a veces me gustaría ser yo el que la protegiera.
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