CHILDREN OF THE MOON; Uzumaki Boruto.

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Mitsuki me miraba fijamente mientras sonreía por lo que ladee la cabeza, intentando comprender por qué me veía de esa forma.

—¿Sucede algo? —pregunté a lo cual él apuntó a su mejilla, pero no entendía que intentaba decirme. —No te entiendo.

Mitsuki comenzó a acercar su mano a mi rostro y con la yema de su dedo rozó un poco mi mejilla provocando así que sintiera un ligero cosquilleo. Lo miré sin comprender por qué había realizado dicha acción y al ver en su dedo un poco de crema entendí todo.

—¿Es la primera vez que comes algo como eso? —me preguntó refiriéndose al bollo con crema de mis manos.

—Sí. No había tenido la oportunidad de comer esto —mencioné mientras formaba una pequeña sonrisa—. ¿Tú ya lo habías probado?

—No. Yo me alimentaba de una manera distinta.

Lo miré por unos segundos para luego ver mi bollo con crema y así dividirlo en dos. Le entregué la otra mitad a él, provocando así que se sorprendiera un poco, pero no dudó en aceptar lo que le estaba ofreciendo.

Miré atentamente cada movimiento de Mitsuki, noté como él saboreaba aquel bollo con crema para luego sonreírme y me hizo entender que le había gustado.

—Oigan ustedes dos. No se queden ahí alejados —pronunció la voz de Boruto mientras se acercaba—. Esta bienvenida es para ambos. Deberían de estar divirtiéndose.

—Tienes razón, Boruto —sonreía, pero al ver como la decoración del lugar comenzaba a moverse por sí sola me dejó perpleja—. Dime... ¿Qué está sucediendo?

—La verdad no tengo ni idea —me ha dicho mientras se acercaba a la decoración—. ¿Te gustan los peluches, Tsukiko?

—¿Peluches? —pregunté confusa a lo cual él sostuvo en sus manos aquella decoración denominada peluche—. Oh. Ya veo lo que es un peluche.

—¿No habías visto uno?

—De dónde vengo no tenemos casi nada de aquí. Todo es nuevo para mí.

—Vaya. La aldea oculta del sonido sí que debe de ser sombría como algunos lo describen.

Iba a decir algo, pero al ver como unos insectos comenzaban a salir de la decoración del lugar me ha hecho impresionar. Nunca antes había visto un espectáculo como este, ¿acaso en todos los lugares hacen esto?

En definitiva, debería de aprender más sobre este lugar, cada día me sorprende más.

—¿Puedo hacer algo contra esto? —le preguntó Mitsuki a Boruto a lo cual él asintió y provocó que Mitsuki sonriera—. Ya veo. En ese caso...

De un momento a otro una gran ráfaga de viento azotó el lugar provocando que todos los insectos se esfumaran y diera fin al espectáculo.

—Impresionante, Mitsuki —lo felicitó Boruto para luego ver a su alrededor—. Aunque ahora quedó todo destruido.

—¿Qué hace ese señor? —pregunté al ver al hombre realizar varias reverencias a las personas frente a él—. ¿Por qué hace todo eso?

—No deberías llamarlo de esa forma —me reprendió Sarada mientras se colocaba a mi lado—. Él es nuestro profesor. Por ahora.

—¿De verdad? —preguntó Mitsuki posicionándose a mi lado—. Pero... ¿Sabe dar clases?

—Él se ve menos confiable que los demás profesores —mencionó Boruto para luego verme fijamente—. Antes de que se me olvide. Puedes venir a mi casa esta tarde, Tsukiko.

—¿De verdad?

—Sí. Le mencioné a mi madre de ti y ha querido conocerte —volvió a sonreírme provocando que también sonriera—. Ella te contará acerca del Byakugan.

—Ya veo. Gracias, Boruto.

—Cuando terminen las clases nos vamos directo a mi casa, ¿te parece? —me preguntó a lo cual he asentido—. Estoy seguro de que aprenderás más del Byakugan.

Asentí ante lo que me había dicho para luego verlo con una sonrisa, mi plan de acercarme a la familia de Boruto estaba dando sus frutos.

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