CHILDREN OF THE MOON; Uzumaki Boruto.

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—¿Eres el sabio de la serpiente blanca? —le preguntaron, a lo cual esa persona asintió—. Yo soy Uzumaki Boruto y he venido a pedirte un favor.

—Lo sé. Oigo todo lo que sucede en la Cueva Ryuchi —le ha dicho sin interés—. ¿Quién les habló de este lugar?

—Orochimaru —le respondió Boruto, al momento en que sacaba la serpiente que dejó Mitsuki—. Queremos que analices esta serpiente.

—Lo lamento por ustedes, pero no puedo ayudarlos con eso —nos ha dicho con una sonrisa—. Las pruebas que han superado son para que les enseñe Senjutsu. Eso es lo único que hago.

—Debe de haber alguna cosa que pueda hacer, ¿no? —le he dicho con una pequeña sonrisa—. ¿Podría ayudarnos, por favor?

—Siento en ti un chakra muy poderoso y delicioso...

—No le daré mi chakra —le interrumpí rápidamente, ocasionando que soltara una risa amarga—. Puede pedir otra cosa.

—Está bien. Revisaré esa serpiente con una condición —nos ha dicho, a lo cual todos esperamos atentos a qué condición se refería—. Al fondo de la Cueva Ryuchi hay una serpiente gigante que me da problemas. Si me traen la escama Gekirin de Galaga les concederé lo que tanto quieren.

—Está bien. Nosotros nos encargaremos de ello.

—Espera un momento, Boruto —le detuvo con algo de pánico Inojin—. Dijo que era una serpiente gigante. Deberíamos de pensarlo, ¿no crees?

—No vas a detenerlo, Inojin —le ha dicho Shikadai soltando un suspiro—. Boruto está metido en esto seriamente y no lo convenceremos fácilmente de dejarlo.

—Es hora de darle una visita a Galaga —decía Boruto—. Andando.

—Shikadai —le llamé para luego acercarme a su oído—. ¿Puedo quedarme con la serpiente si me gusta?

—¿Por qué querrías quedarte con la serpiente?

—Porque son lindas.

—Tus gustos son extraños —soltó un suspiro para luego pasar sus manos detrás de su cabeza—. Lamento decirte que no puedes tener a esa serpiente.

—Eh. ¿Por qué? —pregunté con un puchero, a lo cual él simplemente me sonrió y comenzó a seguir a Boruto—. Sarada. ¿Puedo quedarme con la serpiente?

—No.

—Tch. Son todos unos aguafiestas —murmuré antes de comenzar a acercarme a Boruto y en eso recordé las invocaciones de Kakashi—. Quizá me consiga un perro.

Y así todos hemos comenzado a ir al fondo de la cueva con las intenciones de quitarle a Galaga la escama Gekirin.

—Shikadai —lo llamé seriamente mientras miraba a Boruto con su invocación nueva—. Me has dicho que no podía tener una serpiente, pero Boruto sí puede... ¿Por qué?

—Bueno...

Shikadai comenzó a actuar de manera nerviosa sin saber que responderme, en cambio, yo miraba la invocación de Boruto por unos momentos para luego dirigir mi mirada hacia la otra serpiente gigante.

—¿Me puedo quedar con la otra serpiente?

—No es posible —me ha dicho a lo cual solté un pequeño bufido—. Esa serpiente en un sabio.

—No hay de otra. Me quedaré con los perros —solté un suspiro para luego ver como Boruto desaparecía a la gran serpiente—. ¿Ahora qué sucede?

De un momento a otro todo a nuestro alrededor se nubló y entonces comenzaron a aparecer unas imágenes de Mitsuki, el cual se encargaba de salvar la vida de los guardias a los cual él mismo había atacado. Él lo hizo para que las otras personas que lo acompañaban no los mataran; él le salvó la vida.

Pero, ¿Por qué se iría con esas personas?

—Sabía que Mitsuki no nos traicionó —decía con felicidad Boruto al momento en que nos veía—. Ahora solo faltaría hacer que vuelva.

—Mitsuki salvó a esos guardias, pero, ¿Por qué se fue con esos tipos? —le preguntó Shikadai a lo cual Boruto no supo qué responder—. No me alegraré hasta saber cuál es su verdadera voluntad.

En ese momento Boruto me ha mirado como intentando a que le diera mi apoyo, pero esta vez yo estaba de acuerdo con Shikadai.

—Concuerdo con Shikadai —le he dicho, ocasionando que Boruto se sorprendiera—. No podemos alegrarnos sin saber lo que sucede. Debemos de averiguar el porqué Mitsuki se ha ido con aquellas personas.

—Está bien —realizó una mueca antes de comenzar a caminar—. De todas formas, ya sabemos hacia dónde se dirige.

—Shikadai. ¿Crees que Boruto se enfadó conmigo? —le pregunté en un susurro a lo cual él se ha encogido de hombros—. ¿Debería de hacer algo?

—Ya se le pasará. —me ha dicho mientras acariciaba suavemente mi cabeza para luego comenzar a seguir a Boruto.

—¿Sucede algo, Sarada? —le pregunté al ver que me estaba viendo fijamente con una expresión seria—. ¿Te molesta algo?

—No. No es nada.

Al ver que estaba inquieta me he acercado para así hacer lo mismo que anteriormente Shikadai había hecho por mí.

Acaricié suavemente su cabeza ocasionando que ella me viera con sorpresa, a lo cual le he sonreído y he notado como sus mejillas comenzaban a tornarse de un color carmesí.

—Oh. Te has colocado roja.

—¡Eso no es verdad! —exclamó alterada al momento en que apartaba mi mano con brusquedad—. ¡Será mejor irnos!

Al ver la reacción de Sarada he ladeado la cabeza sin comprender, ya que, creí que ella se sentiría mejor si hacía lo mismo, pero al parecer las cosas resultaron peor.

—No entiendo a la gente —murmuré mientras comenzaba a seguir a los demás—. Supongo que una vez vuelva deberé investigar más.

Todavía había demasiadas cosas que no entendía de este mundo, ya que, toda mi vida la había pasado buscando el chakra más poderoso para Momoshiki y él no me permitía relacionarme con los demás.

Hasta que finalmente me había dado aquella orden de venir a este lugar para obtener el mejor poder posible y a pesar de todo lo que él había causado; agradezco que me enviara a este lugar.

Ya que he conocido a gente a la cual puedo apreciar.

—Tienes un destino curioso —oí decir al sabio—. Deberías prepararte...nadie puede escapar del destino.

—¿Qué?

Me he girado para ver al sabio, pero en su lugar encontré solamente neblina y ningún rastro de él.

—¡Te vas a quedar atrás, Tsukiko! —me gritaba ChouChou—. ¡Apresúrate que me está dando hambre!

—¡Sí!

Comencé a correr hasta donde ellos se encontraban y en el camino no había podido dejar de pensar en lo que el sabio me había dicho. ¿Qué destino era el que me esperaba?

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