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↬Boruto.
—Te he contado cuál es mi voluntad. Si no te convence y vas a interponerte en mi camino... —mencionaba el viejo Onoki, el cual había estado detrás de la huida de Mitsuki—. Tendremos que volvernos enemigos.
En ese momento me he dado media vuelta para enfrentarlo debido a sus palabras, pero al ver que aparecía otro de aquellos autodenominados creados, he retrocedido unos pasos.
—Señor Onoki, tuvimos que pausar el plan. Regrese cuanto antes —le decía con tranquilidad antes de dirigir su mirada hacia mí—. A él puedo capturarlo, ¿no?
—Sí. Konoha no puede saber de nuestros planes. —le afirmó el viejo Onoki con calma. —Solamente no lo lastimes, Kakou.
Él había comenzado a atacarme, por lo que he comenzado a defenderme e intenté vencerlo en el trayecto, pero sus habilidades eran superiores a las mías, así que me era difícil acercarme.
—Qué divertido. ¡Pelear es muy divertido! —exclamaba con satisfacción mientras se encargaba de mis clones—. Siento un cosquilleo en mi interior. ¿Es como cuándo el corazón te late rápido?
—No entiendo de qué hablas —le he dicho al momento en que comenzaba a acercarme a él, pudiendo de esa forma clavarle un Kunai—. Bien.
Creí que le había dado, pero solamente se había tratado de un clon, por lo que he mordido mi labio inferior con frustración.
—¿Eso es todo?
Al sentir su presencia detrás de mí y el ver que había realizado aquella técnica que lo desaparecía todo en segundos, me he quedado quieto por unos momentos por la sorpresa, pero al ver a Sarada llegar he sentido un alivio.
—Me alegro de que estés bien, Boruto —me decía ella con alivio—. Sabes, no deberías de preocupar tanto a Tsukiko.
—¿Ella ha venido contigo?
—No —negó rápidamente para luego sonreír al ver a ChouChou llegar a su lado—. Ella se quedó con Inojin cuidando del señor Akatsuchi.
Solté un suspiro de alivio al saber que ella se encontraba bien, ya que, temía que la hayan encontrado mientras nosotros nos encontrábamos alejados.
—Más refuerzos, ¿eh? —decía Kakou al momento en que nos miraba con emoción—. Así me gusta. Terminar tan pronto hubiera sido muy aburrido.
—La manera en como nos está mirando es repugnante —murmuré mientras lo miraba, pudiendo sentir un escalofrío—. Terminemos con esto de una vez para que así volvamos con Tsukiko e Inojin.
—Sí. Me preocupa dejarla sola cuando los enemigos están tan cerca —me decía Sarada mientras se colocaba a mi lado—. No puedo permitir que ellos se atrevan a hacerle algo.
—Te preocupas demasiado por ella, ¿no crees? —le decía con burla ChouChou, ocasionando que Sarada se tensara—. Te agrada demasiado, ¿verdad?
