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Me sorprendí ante el hecho de que Boruto había logrado calmar a Naruto; quien anteriormente había dejado que la furia lo consumiera al ver como su maestro era atacado.
— ¡Ustedes nunca podrán vencerme! —exclamaba con orgullo Urashiki mientras realizaba un gran ataque—. ¡Vengan! ¡Y mueran como los pequeños insectos que son!
Tanto Naruto como Boruto han realizado un gran ataque para contraatacar a Urashiki y ante ello he comenzado a acercarme rápidamente a él, dejando ver mi ojo en la parte derecha de mi palma.
—Fruto de chakra... —mencioné llamando así la atención de Urashiki, quien estaba a punto de ser golpeado por el ataque de los Uzumaki—. ¿Dejarías que tu poder sea mío?
— ¡Eres una maldita...!
—... hibrida. —terminé por él mientras comenzaba a consumir todo el poder a nuestro alrededor, sintiendo así una gran sensación de satisfacción—. Más... más poder...
—Así que finalmente estás despertando... —sonrió con malicia mientras veía cómo iba siendo convertido poco a poco en un fruto—. ¡Ten mi poder! ¡Tenlo y destrúyelos!
Cegada por el poder que tenía a mi alrededor, más el poder de Urashiki, no me he percatado de que algo en mí comenzaba a cambiar y en cuanto he consumido todo ese poder, me he quedado mirando el cielo fijamente, sintiendo como mi poder había aumentado.
— ¡Tsukiko!
Reaccioné ante la voz de Boruto y al mirarlo he sonreído para luego acercarme para así finalmente poder decirles mis sentimientos ahora que Urashiki ya no se encontraba en este mundo; sin embargo, en cuanto he llegado con los demás, he podido notar como ellos me miraban algo atemorizados.
— ¿Qué sucede? —pregunté confundida para luego darme cuenta de que tanto mis manos como mis pies habían cambiado—. Esto es...
—Eres como ellos —mencionó el señor Sasuke mientras apuntaba su espada hacia mí—. No permitiré que les hagas daño.
—No... yo... —retrocedí para luego ver a Boruto—. Boruto... yo...
Intenté acercarme a él, pero al verlo retroceder mi corazón se apretujó debido al hecho de que él me tenía miedo.
— ¡Espera, Tsukiko!
Había comenzado a alejarme de todos ellos adentrándome en aquel bosque y mientras corría no he podido evitar dejar salir algunas lágrimas al ver que nuevamente he causado que me tuvieran miedo. ¿Por qué? ¿Por qué debía dejarme llevar por el poder?
¿En verdad soy igual a ellos?
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No todo mi cuerpo había vuelto a la normalidad, ya que en mi frente todavía poseía aquellos cuernos tan característicos al clan Otsutsuki.
— ¿Qué haré desde ahora? —me pregunté mientras miraba el cielo—. Boruto...
Al no fijarme por donde caminaba he chocado con algo y al percatarme de que se trataba de una persona, he intentado ocultarme, pero desafortunadamente aquella persona me ha tomado del brazo.
— ¿Te encuentras bien? —me preguntó y al escuchar su voz me han entrado unas ganas de llorar e incluso no he podido evitar abrazarlo—. ¿Sucedió algo?
—Lo siento... —me disculpé mientras me aferraba a él y el sentir su mano sobre mi cabeza he llorado aún más—. Lo siento mucho... no quería...
—No sé lo que ha sucedido, pero debes de haber sufrido mucho —mencionó mientras me apartaba suavemente para luego limpiar mis lágrimas—. Tus ojos...
— ¿Son extraños?
—No. Yo creo que son preciosos —me ha dicho suavemente—. Me recuerdan a alguien muy importante para mí.
—Ya veo...
Me sentí feliz por el hecho de que había elogiado mis ojos y por un momento había olvidado que yo me veía como los Otsutsuki.
—Sino fuera por tu cabello creería que estoy viendo a una copia exacta de ella —me ha dicho mientras acariciaba suavemente mi cabeza haciéndome sentir felicidad—. No sé qué ha sucedido, pero si has hecho algo malo solo debes disculparte.
— ¿Cree usted que él me perdonará?
—No lo sé con esa exactitud, pero... —realizó una pausa antes de darse media vuelta con las intenciones de irse—... ten un buen viaje.
Me quedé confundida con sus palabras, pero he decidido hacerle caso a mi padre y así comenzar a dirigirme hasta donde se encontraba Boruto.
— ¡Boruto! —exclamé su nombre en cuanto lo he visto y el al verme ha querido venir hasta donde me encontraba, pero el señor Sasuke se lo ha impedido—. Lo siento... sé que no debía dejarme llevar por el poder, pero...
— ¡Lo lamento! —exclamó él dejándome confundida ante su repentina disculpa—. Nuevamente te he causado daño por mis acciones.
—No... yo entiendo que me tengas miedo —dije algo inquieta—. Después de todo soy un monstruo...
— ¡No lo eres! —gritó haciéndome sobresaltar y el verlo comenzar a acercarse ha causado que mi corazón comenzara a palpitar de manera descontrolada—. No eres un monstruo... tu eres Tsukiko... —murmuró mientras se quedaba frente a mí—... eres la chica que me gusta.
Las palabras de Boruto han conmovido mi corazón y ante ello no he podido evitar lanzarme a abrazarlo. Mi acto lo dejó sorprendido, pero no ha tardado en corresponderme.
—Me gustas... —mencioné finalmente aquellas palabras que había guardado para mí. —Me gustas, Boruto.
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