IX

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Los días transcurrían lentamente para JiHoon, la habitación era enorme, sin embargo se estaba volviendo loco manteniéndose encerrado entre aquellas cuatro paredes, la noche anterior sus padres habían llamado y con suerte, Minghao le había permitido hablar con ellos, claro, bajo su vigilancia.
La voz de su madre se escuchaba apagada, triste, desvanecida, en cambio su padre... No dejaba de hablar locuras.

—Escuché que él hijo del líder te tomó para él ¿Se acoplaron?

—¿De qué diablos estás hablando padre? Él me compró, me vendieron justo como tú lo hiciste.

—Jihoon, hijo, esta es nuestra oportunidad, si te acoplas a él nos volveremos millonarios, tendríamos suficiente dinero para nuestras deudas y tendrás una posición segura.

—¿Nuestras? Eres tú quien nos está arrastrando a mi madre y a mí en tus estúpidos negocios, odio estar aquí, odio a ese alfa, te odio a ti ¿No lo entiendes? Me siento tan estúpido, papá tenía un novio, una vida y tú me la quitaste dejándome aquí como a un estúpido juguete viejo.

—¡Jihoon!¡Soy tu padre, si no quieres que vaya y te dé una buena paliza deberías de mantenerte ca... —Se escuchó un fuerte rugido sobre el otro lado de la línea, el omega gruñó por lo bajo y lanzó el móvil a la cama para después dejarse caer al suelo y abrazar su propio cuerpo, sin importarle la presencia del castaño quien tomaba nuevamente el móvil en manos y lo miraba como si lograra sentir su dolor —

—Cheol...mi amor... Lo siento.

Murmuró dejando escapar un par de lágrimas, las cuales limpió casi al instante evitándose llorar, era un tigre, se supone que era fuerte, ágil y calculador, no quería mirarse ridículo ante el castaño, pero claro, no era un tigre cualquiera, ese era el gran problema, era mestizo, su sangre tenía sangre directa, es verdad, pero eso no cambiaba el hecho de ser un insignificante omega, un hombre omega ¿Quién en esta vida querría follarse a un chico teniendo de lado a chicas de esculturales cuerpos? "¿Por qué?" siempre se preguntó porque tuvo que ser un tigre, un estúpido tigre que no podía cambiar en absoluto. A lo más que llegaba su transformación era a una esponjosa cola que ni siquiera era digna de un tigre, colmillos y orejas, un fracaso tanto como cambiante así como humano.

—Jihoon... Dejaré la comida en la mesa y volveré más tarde...comela por favor —Murmuró el omega justo antes de salir de la habitación, dejando que un suave rechinido inundara la misma en cuanto la puerta fue cerrada, su cuerpo temblaba con suavidad, de alguna forma lograba sentir lo que Jihoon, después de todo ambos eran omegas y el aroma de su dolor era fuerte.

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Todo se había vuelto tan repetitivo, Jihoon y Chanyeol ni siquiera entablaban conversación alguna, para cuando Chanyeol volvía, Jihoon se encontraba durmiendo y a la mañana siguiente fingía no mirarlo para evitar que el rubio le hiciera preguntas o le suplicara por su libertad, su cuerpo estaba claramente más delgado, sus ojos hinchados de tanto llorar y bajo ellos una mancha negra de no dormir lo suficiente.

—Hoy llegará Irene, saben lo especial que es, Minghao por favor has que arreglen la habitación de arriba para ella. —Tanto el pelinegro como su pareja se miraron con cierto disgusto en su rostro, mientras tanto el chico de estatura baja y cabellera rubia los miraba desde la cama, se mantenía abrazando sus piernas que eran cubiertas por las frazadas color vino, desviando durante un par de segundos la mirada hacia la charola que se encontraba en la pequeña mesa con el desayuno, estaba seguro que de no ser por la situación en la que se encontraba, habría corrido como un niño pequeño para saborear aquel jugoso filete asado con la deliciosa papilla que se encontraba a su lado.

—¿Se quedará aquí?¿Qué hay de su casa?¿Por qué tendría que quedarse aquí?

—Tampoco lo sé, pero son ordenes de mi padre, en un par de semanas nos iremos de aquí, para ese entonces la casa de Busan estará terminada, no puedo seguir rodeado de ellos. — Chanyeol sabía perfectamente que su padre no se mantendría al margen de sus asuntos, sin embargo lograría tener más privacidad y eso era lo que buscaba, en cuanto a Jun y Minghao, sin duda alguna no los dejaría en ese lugar, eran sus mejores amigos, su familia.
Chanyeol hizo el último nudo de la corbata y dejó que Minghao le ayudara a terminar de acomodarla, causando que frunciera un poco el ceño — Puedo hacerlo solo, encárgate de tu alfa — Tanto Minghao como Jun soltaron una muy suave risa.

Muñeco De Mafia  (ChanYeol & Woozi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora