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—Te lo dije, esa película es realmente buena

Habló el rubio adentrándose a su casa aún tomado de la mano del castaño, su novio, Seungcheol se había ofrecido a llevarlo a casa luego de una pequeña salida por su aniversario, al entrar Seungcheol lo tomó de la cintura y besó sus labios de forma lenta pero profunda, pegándolo contra la puerta ahora cerrada.

—Amor... Ahora no, mis padres deben estar arriba.

—JiHoon, ya nunca quieres hacerlo ¿Qué pasa?

—Lo hicimos hace unos días, además esta es la casa de mis padres, deben estar aquí y lo sabes

—Bien, como quieras, nos vemos mañana.

El rubio soltó un suave suspiró mirando como su novio salía por la  puerta para marcharse, con pasos lentos caminó hasta la cocina para poder beber un poco de agua mientras su mente se despejaba, hace días que Cheol simplemente lo llamaba cuando tenía ganas de hacer el amor.

—Ya te lo dije mujer, llamalo y dile que venga ahora mismo a casa!

—No le podemos hacer esto JongHeon ¡Es nuestro hijo!

—¡CIERRA LA BOCA Y LLAMALO!

Aquellos gritos habían hecho que el omega se asustara, salió de la cocina encontrándose con sus padres discutiendo en la sala de estar, su madre se encontraba en llantos, sus mejillas y ojos colorados, sus manos temblaban y su mirada transmitía tristeza.

—¿Qué es lo que pasa mamá? ¡¿Qué le hiciste a mi madre?!

Gritó corriendo hasta ella, sin embargo jamás llegó, la grande mano de su padre había logrado tomarlo del brazo y lanzarlo contra la puerta,  escuchando un llanto mayor por parte de su madre quien se limitaba a permanecer detrás del dominante alfa.

—Ni se te ocurra tocarla — el timbre de la casa sonó haciendo resonar en la misma aquella suave melodía —Son ellos.

—¿Quienes?

Murmuró el omega levantándose y asustándose al sentir un fuerte aroma a alfas, la puerta fue abierta dejando a la vista a cuatro enormes hombres vestidos de trajes, los examinó percatándose de que sus rostro no  mostraban ninguna expresión.

—Es él —Habló el padre señalando a su propio hijo para luego girarse, evitando mirarlo, dos de los hombres lo tomaron de cada brazo, tratando de evitar que se soltara al forcejear, sus muñecas ardían y dolían ante aquellos fuertes agarres pero aun así batalló por ser liberado.

—¡No! ¡Sueltenme! ¿Que pasa?

—Cierra la boca JiHoon. Te irás con ellos... escucha...tengo una deuda muy grande y tú serás el pago hasta que consiga el dinero.

—¿Q-qué? Madre! Madre dile que me suelten ¡por favor!

Sin previo aviso las lágrimas brotaron de aquellos pequeños ojos, sus mejillas tomaron un leve sonrojo al igual que su nariz y sus labios temblorosos, el hacer fuerza para que lo soltaran no estaba funcionando, al contrario, cada vez lo herían más, no sabía exactamente a donde iba a parar, pero tan solo el olor de cuatro alfas desconocidos lo estaba alterando.

—Sube al auto.

—No! Dejenme ir, por favor, sueltenme.

— ¡Sube al auto ahora! —Gritó uno de los alfas quien al instante sacó un arma para colocarla contra la cabeza del menor, viéndose obligado a subir.

No podía creerselo, su padre lo había ofrecido como pago a una deuda ¿Qué clase de padre era? Lo había cambiado como si fuese un objeto cualquiera y lo peor es que su madre no había hecho nada, simplemente había permanecido ante las ordenes de su alfa.
¿Como pudieron simplemente dejárselo a la suerte? ¿Es que no tenían ni idea de que es lo que le hacían a los omegas en aquellos lugares?

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Había transcurrido al menos hora y media desde que salieron de su casa, podía sentir como los sollozos continuaban sin siquiera quererlo, su cuerpo tiritaba de frío como de miedo.
¿En donde estaban?
¿a donde iban y que es lo que harían con él? Todas esas preguntas se mantuvieron en su cabeza durante todo el trayecto,  no sabía el camino y tampoco reconocía ninguno de aquellos olores o ruidos, su ojos eran cubiertos por una pequeña frazada negra y sus manos atadas frente a él.

Escuchó el abrir de una puerta corrediza y una vez el auto se detuvo sus sollozos pararon.

— Baja —Habló el alfa más joven, lo tomó del brazo y con su ayuda lo bajó para después desatar sus manos.

—Ten por seguro que si intentas algo estúpido te cazaremos al instante.

—Esta bien... —Sus temblorosas manos fueron hacía sus ojos quitando aquel pedazo de  tela, había algo extraño, lo sabía, su omega se revolcaba en su interior y su lado felino quería simplemente huir y trepar en lo alto, había fuertes aromas que lo asfixiaban. Aromas de alfas.

—Vamos, tenemos que ir con el Jefe. ¡Muevete!

Su cuerpo fue empujado contra la punta del arma, no podía fingir el temor de estar rodeado entre tantos alfas pero tampoco quería verse débil ante ellos, siempre había estado en contra de aquella ley, aún fuese por naturaleza nunca podría aceptar que un omega tuviese que ser completamente débil ante un alfa.

Muñeco De Mafia  (ChanYeol & Woozi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora