Muñeco De Mafia (ChanYeol & Woozi)

XL

ADVERTENCIA

Lo hago porque los y las amo, así que bueno, este es un consejo, si están por ir a dormir. Será mejor que no lo lean o no podrán dormir, me ha pasado.
Ahora si, gracias por su amor y votos, sigamos.

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Los días pasaron y Jihoon no logró encontrar ninguna oportunidad para hablar con Chanyeol.
Ahora se encontraba ahí, sentado mirando hacía la puerta perteneciente al estudio del alfa.
Su mirada se desvió y sus manos comenzarón a sudar en cuanto lo vió salir.

Desde aquel día no habían vuelto a pelear, a decir verdad, ni siquiera habían hablado.
Minghao se acercó a la mesa y dejó cuatro platos servidos.

—Channie, la cena está lista.

—Gracias Min, pero tengo cosas que hacer, Jun necesito que te encargues de las últimas cargas, por favor.

El antes nombrado asintió mientras se sentaba y tomaba los cubiertos para comenzar a cenar.
Jihoon miró la comida y se mantuvo en esa posición durante un rato. Escuchando el automóvil alejarse.

—Hoonie, debes comer, en algún momento se le pasará la molestía y podrás hablar con él.

—Ya pasó mucho tiempo... Es hora de que me marche, no puedo seguir aquí si él me desprecia tanto.

—Él no te desprecia, al contrario, aún te ama, solo está asustado por todo lo que pasó, estuvo apunto de acoplarse, con una de las especies que más odia.

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Chanyeol acomodó el maletín con las armas en el asiento del copiloto, acomodó el cinturón de seguridad y comenzó con el camino, mal diciendo internamente por tener que volver a ver al rubio.
No es como si lo detestara o le desagradara el hecho de mirarlo, lo que si le molestaba era que cada vez que eso sucedía, algo en su interior se removía.
El rubio cada mañana lucía más hermoso, incluso llegó a pensar que se trataba del embarazo y esque joder.
Su vientre se veía un poco abultado pero eso, ante los ojos del alfa lo hacía ver hermoso, relucientemente bello.

Lo único que faltaba para la perfección era volver a mirarlo con aquella hermosa sonrisa que tanto le encantaba y así, poder tenerlo entre sus brazos y hacerlo suyo cada noche.
Pero claro, eso ya no era posible porque el rubio le pertenecía a alguien más.

Golpeó el volante para despues recargar su brazo en la ventanilla y tirar de su cabello mientras mantenía la mano contraria sobre el volante.
Su mirada viajó del espejo retrovisor hacía los espejos laterales al percatarse de dos automóviles que lo seguían, autos que no pertenecían a sus hombres.

Volvió la vista al frente y frenó de golpe causando que casi estampara con el volante de no ser por el cinturón.
Un gruñido escapó de sus labios al mirar un auto más y dos motos.
Movió la palanca de cambios y retrocedió para después volver a mover la palanca, esta vez acelerando y esquivando al automóvil.

Los hombres de las motos se mantenían a su costado mientras los hombres que iban con los que conducían sacaban un arma y apuntaban, comenzando a disparar.
Los disparos aumentaban volviendo difícil el andar.
El alfa observó por los espejos y sacó el arma debajo del asiento.
Quitó el seguro y sacó su brazo comenzando a disparar. Dando a uno de las motos quien cayó.

Uno de los autos los revasó una vez más.
Chanyeol giró causando que la moto estampara contra la parte lateral trasera de su auto, haciéndola volcar y terminar por estrellarse contra el auto intruso.

Había sido encerrado, pero con suerte escaparía si aceleraba de vuelta a la mansión.
El problema es que su cuerpo comenzaba a debilitarse, parecía no reaccionar del todo.
Entonces su mirada viajó hasta el espejo y lo vió, en su costado derecho del cuello se encontraba un dardo.