XXXIII

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Su mirada viajó hacía su brazo, soltó un suave suspiro y con el ceño fruncido se levantò, tratando de evitar que las lágrimas salieran, lo cual le fue imposible una vez que escuchó a su padre gritar y su madre llorar.

El rubio no tenia de otra más que salir corriendo de ahí, el frió comenzaba a sentirse cada vez más, las calles están cubiertas por la nieve y sus mejillas estaban rojas y frías.
Limpió las mismas con el torso de su mano, retirando las lágrimas.

—¿Jihoon?

Su corazón se detuvo ante aquella conocida voz, se giró levemente y una vez más sollozó al mirar al chico frente a él.

—Cheol....

El rubio lo buscaría para explicarle la situación y terminar con él, sin embargo no esperaba encontrárselo demasiado temprano.

—¿Qué te ha pasado? ¿estas bien?

El castaño caminó hacia el menor y lo tomó de las mejillas, deteniendo su mirada sobre el golpe que llevaba en una de ellas.

—Nada.. Solo mi padre, ya sabes como es.

Sorbió su nariz y sintió como el alto tomaba su mano.

—Vamos a mi casa, hace frío aquí necesitamos limpiar la herida de tu mano.

Jihoon volvió la vista hacia su mano y sonrió tristemente. Era verdad, tenía una herida en el costado de su mano, tal vez pasó cuando cayó al suelo.
Sin poder negarse tomó la mano del contrario y lo siguió hasta su auto.

El trayecto fue corto y silencioso, una vez que por fin llegaron al lugar, Cheol sonrió dejando que el rubio se adentrara en la ya conocida casa.

—Gracias

Susurró sentándose en la orilla de la cama, observó a su alrededor y sonrió al mirar la habitación que continuaba tal y como la recordaba, cheol se posicionó a su lado y sacó una gasa y una venda del pequeño botiquín, limpió en silencio la herida para después vendarla.

—Listo ¿Quieres hablar sobre lo de tu padre?

—No realmente, prefiero evitar ese tema...

El alto asintió con una sonrisa y llevó su mano hasta la mejilla del rubio, acariciando esta con suavidad.
Se inclinó de forma lenta y al ver que el rubio no se alejaba, terminó por unir ambos labios en un beso.
Jihoon sintió su cuerpo temblar y su corazon acelerarse, no estaba consciente de lo que hacía, pero sabía que debía terminar con el castaño.

—te extrañé tanto...

Susurró el alto quien sonrió a unos cuantos centímetros lejos de su rostro, acarició las mejillas del rubio y deslizó ambas manos por sus caderas.

—Cheol yo... Tengo que decirte algo

—Ahora no Jihoon, te extrañé tanto todos estos meses, aquella noche llegué al lugar y te esperé por horas, jamás llegaste.

Susurró justo antes de unir nuevamente ambos labios, El rubio sabía que eso estaba mal, pero se sentía culpable por nunca haberle contado nada y parecía que él no sabía lo que sucedía, después de todo, chanyeol había mentido al decirle que cheol lo había cambiado por dinero, eso le molestaba en cierta forma.
Cheol si había ido a la cabaña en el bosque para encontrarse con él, sin embargo chanyeol llegó antes y le mintió.

Las manos del alto se deslizaron sobre sus caderas, descendiendo a sus piernas y su cuerpo quedó sobre el del rubio.

Cheol no era un cambiante, por lo cual no podía olfatear a chanyeol en el rubio, así que prosiguió con las caricias.
Besando cada parte de su pequeño cuerpo y acariciando cada rincón con sus manos.

Muñeco De Mafia  (ChanYeol & Woozi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora