Las horas pasaban, y un nuevo día se hacía presente para los estudiantes del instituto Black Hat. Un día común y corriente como cualquiera se pudiese decir, excepto por un pequeño detalle.Los alumnos llegaban, no dormían en el bachillerato. O si?
- ahg, que hora es? - se preguntaba a si mismo el rubio, tallando sus ojos aún con somnolencia en ellos.
Miró a su alredor, un poco más despierto. Se hallaba muy desorientado ahora.
No sabía exactamente cuánto rato tenía dormido, perdió por completo la noción del tiempo.
"qué hora es?", se preguntó a sí mismo en su mente.Se paró al instante del suelo, con la caja en sus manos. Comenzó a caminar a paso rápido, buscando algo que le pudiese servir en esos momentos. Se detuvo unos instantes y volteo hacia una de las paredes la cual tenía un reloj en ella, debía ser un mal chiste en esos instantes.
Eran nada más y nada menos que las 5:15am. Mierda.
Tendría que apurarse.
Siguió caminando un poco más rapido, cada paso que daba lo condujo a finalmente correr por el lugar. Leía con la mirada los carteles de cada aula con máximo detalle para evitar detenerse a leer. Ya no tenía mucho tiempo ahora, tenía que encontrar el laboratorio lo antes posible.
- dónde estás? - murmuraba para si mismo con preocupación en sus palabras.
Seguía caminando y leyendo, una rutina constante mientras avanzaba por los pasillos. No fue hasta que sus pasos tuvieron fin deteniéndose en vano frente a la puerta del Milagro.
Finalmente lo había encontrado, al fin.
Sintió como si un peso menos se hubiese quitado de encima suyo por completo. Tomó la manija en sus manos y jaló un par de veces, pero no abría.
Estaba cerrada la maldita puerta, perfecto.
Ahora cómo podría entrar? No podía forzar el cerrojo, alguien podría notarlo. Tenía que haber alguna solución, quizá una llave.La oficina de Black Hat
Corrió lo más rápido que pudo hacia el lugar, el tiempo no le favorecía en esos momentos y debía mantenerse cuerdo en esos instantes.
La puerta estaba abierta, gracias al cielo. Todo ahí se hallaba en perfecto orden, limpio y sin pizca alguna de suciedad, tendría que tener cuidado al tomar cosas. Revisó primero el librero, luego en algunos cajones, pero no hubo vista de ninguna llave. Se sentó en la gran y cómoda silla del escritorio y comenzó a buscar en los cajones con sumo cuidado de no mover muchas cosas y con algo de suerte, no mover absolutamente nada de lo que se hallase ahí. Simples papeles y plumas, uno que otro portafolio. Y eso qué? Cualquier detalle podría llegar a ser sospechoso, es mejor no confiarse así de sencillo. Continuaba buscando en un cajón más profundo, hasta que sus manos sintieron un tacto sólido, metálico el cual emitió un sonido un poco ensordecedor, las había encontrado. Tomó las llaves en sus manos y salió de la oficina de vuelta al laboratorio, buscó la llave correspondiente al aula y la colocó en la cerradura dando paso a la habitación.Entró en silencio, a paso lento. Observó a su alrededor y vió las jaulas de las crías a la orilla de él salón, tomó a la cría en sus manos y la observó con inseguridad por unos instantes.
- muy bien... - dió un pequeño suspiro y observó al oso por última vez.
No sabía cómo sentirse ahora, no quería darlo por hecho todo este asunto. 505 lo miraba con esa carita tan tierna que nadie podría resistirse. Sacudió su cabeza y dió oficialmente su decisión en mente. Metió al oso en las jaulas y salió de ahí.
Como si nada hubiese pasado, como si nunca hubiese tenido al oso.
Unos cuantos días habían pasado, caminaba hacia la escuela un tanto inseguro, a paso lento. Decidió saltarse el autobús todo este tiempo que había pasado, pero su rutina escolar se había deteriorado por completo. Tenía la sensación de miradas que lo seguían, miradas que lo observaban, miradas que sabían lo que había hecho.
Por qué? Por qué tenía que atormentarle aquello? Todo podría estar bien ahora, todo debía estar bien.Tan solo tenía que relajarse, lucir normal y buscar algo que lo distrajera de toda esta paranoia. No podía estar así por siempre.
En menos de lo esperado sus pasos se hallaban dando camino por los solitarios y fríos pasillos del bachillerato, más tranquilo que hace unos cuantos segundos. Pero algo lo hacía sentirse...extrañado. Algo andaba mal.
Pequeñas risas se escucharon alrededor , el instinto lo hizo voltear. Quedó mirando el pasillo detrás suyo unos cuantos instantes. No había nada más en el que un sensato y extrañamente horripilante silencio. Estaba mal, estaba paranoico.
Que podría estar mal hoy?
- ay virgensi...- sus palabras fueron interrumpidas por unas manos cubriendo su boca.
Trató de zafarse, jaloneo, pataleó todo lo que pudo, la voz no le era fiel en ese momento.
Que estaba pasando?
- camina ñoño - gritó la persona que tapaba su boca, empujandolo hacia adelante con tal de que lo siguiese. Tuvo que ceder, no podía hacer más.
Pudo sentir como lo empujaban nuevamente y lo hacían chocar contra la pared, sacando uno que otro quejido de su parte. Un ligero pero nada agradable dolor recorrió su espalda, siendo esto causa del golpe. Se recargo en la pared, adolorido. Quería levantar su mirada y así lo hizo. Se halló frente a frente con aquellos a los que pudiese nombrar los responsables de esta situación.
Y ahí estaban, esos estúpidos gemelos que parecía que no les bastaba con joderle una sola vez.
- pero miren a quien tenemos aquí. Nuestro saco de box favorito - habló el demonio de piel azul con una sonrisa burlona en su rostro.
- hey, no lo subestimes de esa manera al enano. No sólo es eso recuerdas? - continuó la conversación entre los agresores del de gogles, sacando una mirada confusa de éste.
- claro que no lo hago. Sabes? Quizá deberíamos reconocerlo, darle un premio o yo que se - ambos brabucones lo miraban de manera macabra - no es asi...pequeño ladrón?
Oh no
- no se de que hablan. - no podían, cuándo? Cómo? En qué momento sucedió?
- en ese caso dejanos refrescarte la memoria, nerd - fue lo más cruel que pudo haber visto alguna vez.
Tenian a 505, justamente agarrando lo de su pellejo para seguido patear al oso a su lado.
- déjenlo! El no tiene nada que ver con esto. - defendió el menor gritando hacia los más altos.
- y tu eres todo un santo, no es así?! - lo tomaron por el cuello de su camisa. - dinos, lo robaste?!
- claro que no!
- querías robarlo entonces?! Anda! Que obtenias a cambio? - el demonio azul tomó al osito en sus garras y lo empezaba a apachurrar, sacando desgarradores gritos por parte de la cría.
- no le hagas daño soquete!
Podía escuchar todo el espectáculo con claridad como si el mundo quisiese verlo sufrir lentamente. Las risas grotescas y los gritos del oso era lo único que retumbaba por sus oídos. Una, y otra, y otra vez.
- habla.
El aire le hacía falta, su vista se nublaba. Por qué le era tan difícil respirar.
- déjalo... - su voz estaba fría. Lo tomaron de su cuello.
- quieres morir también acaso? - las garras atravesaban su piel. Eso no lo detenía.
- jeje - una pequeña sonrisa se formó en su rostro, su débil cuerpo tuvo una última reacción - quizá debería preguntarte lo mismo.
Todo se detuvo unos instantes, todo pasó tan rápido . En que momento clavó una jeringa en el brazo del demonio? En que momento éste convulsionaba y soltó al más bajo. En que momento sintió su cabeza golpear contra el suelo y todo a su alrededor se volvió negro?
Ni siquiera se pudo responder eso a tiempo.
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Un villano JAMÁS se enamora [BlackFlug//Paperhat]#Wattys2019
FanfictionEn el instituto Black Hat, hay seis reglas básicas que todo villano y aspirante a éste camino debe saber: 1. Un villano jamás se muestra débil ante sus enemigos. 2. Un villano siempre muestra elegancia y clase en su vestimenta 3. Un villano nunca mo...