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—¡Dylan! Amor no corras, puedes caerte —gritaba Erick, había pasado ya 3 años desde la última vez que vio a Joel.

Su pequeño había crecido mucho, todavía recordaba cuando era apenas un bebé, aunque una vez se convirtió en lobo y eso le causó más ternura, pero después se alteró al no saber como regresaría a su forma humana.

Dylan, con 3 años de edad ya podía caminar y correr, era un niño bien curioso y junto a su amiga Layla se divertían mucho, siempre andaban juntos, nunca se separaban.

—Hola Erick —sonríe Christopher cargando a su niña— ¿y Dylan?

—Tirado en el pasto, ama estar ahí —ríe.

—Dy..la —balbuceaba la pequeña Layla.

—¿Quieres ir con Dylan? —Layla asiente— bien, anda a buscarlo —la deja cuidadosamente en el pasto para que busque a su amigo.

Se levanta y corre a buscarlo, ella también podía caminar bien, pero correr todavía, ya que siempre terminaba lastimándose.

—¿Y cómo vas con Dylan? ¿Volvió a transformarse?

—Gracias al cielo no, ya van 4 meses que no lo ha hecho, espero y siga así, no quiero que se asuste cuando sea grande.

—¿Tú crees que ellos lleguen a transformarse cuando sean grandes? —una sensación de preocupación se introdujo en el castaño al pensar tal idea.

—Yo espero que no sea así, no se qué le diría a mi pequeño si me pregunta tal cosa... —suspira, mira a su hijo y sonríe, era igualito a ese, aunque sus ojos los heredó de él, pero sus largas y hermosas pestaña del lobo.

—Créeme que lo se, pero después de todo es su origen, no podemos cambiar nada de lo que son —suspira el castaño.

—Crees que ellos nos han olvidado —dice Erick, refiriéndose a los lobos.

—Por supuesto que si, ellos seguro y ya tienen una familia, hasta cachorros.

•••

Durante estos años, tanto Zabdiel como Joel buscaron la manera de encontrarlos, pero nunca daban con su lugar. Richard decidió ayudarlos en su búsqueda junto a Yocelyn y su hija, el cual tenía 5 años de edad.

Lograron llegar a un lugar, donde habitaban humanos  y decidieron adaptarse a su forma de vivir.

Al principio les costó mucho el cambio y por supuesto el control sobre su celo, pero poco a poco empezaron a tomar el ritmo del humano.

Richard se convirtió en profesor de Educación Física, Joel de Ingles y Zabdiel de música.

—Espero y logremos encontrarlos —susurra el rizado— han pasado tantos años y ni siquiera sabemos nada de ellos ni de nuestros cachorros, daría todo lo que fuera por verlo, mi pequeño Dylan....






















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Layla De Jesus Velez

Dylan Pimentel Colón

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Dylan Pimentel Colón

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Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora