Final

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A la mañana siguiente, Christopher y Zabdiel fueron a traer a su pequeña niña, aunque el más inquieto era Christopher que quería saber su hija estaba bien, en cambio el rubio, todavía seguía soñoliento.

—Buenos días doctor.

—Buenos días ¿viene por Layla?

—Si ¿Cómo se encuentra?

—Esta muy bien y podrán llevársela, pero no olviden que tienen que hacerles sus terapias para que su pierna se vaya moviendo de a poco.

—Entiendo doctor.

—Déjeme darle alta y podrá llevársela.

El único que había entrado al hospital era Christopher ya que conociendo a Zabdiel, se hubiera quedado dormido en los asientos y no podía llevar a dos personas en brazos, mejor que se quedara en el auto.

—Puede pasar —la enfermera abre la puerta para que entre.

—Gracias.

Cuando entra, ve a su pequeña niña igual de soñolienta que Zabdiel y eso la causaba un poco de gracias.

—Buenas mi amor, es hora de irnos a casa.

—Buenos días..

El sueño hacía presencia en ella.

El castaño solo se atinó a levantarla con cuidado y salir con dirección a su auto, encontrándose con el rubio roncando.

—Con estos dos durmiendo será un viaje tranquilo para mí.

De regreso a su casa, se dispone a levantar al mayor.

—Zabdiel levántate.

—Media hora más.

—Zabdiel —le pellizca el brazo, haciendo que suelte un chillido de dolor.

—Eso duele Chris.

—Te dije que te levantaras y no me hiciste caso.

—Pero era necesario eso.

—Por supuesto y ya levántate que tienes que bajar a la niña.

—Ya voy, ya voy.

Con pereza sale del auto para ir a la parte de atrás y sacar a su dormilona hija.

—Está pesada al igual que tú ¿Qué le das de comer? —ríe al verlo fruncir el ceño— no te enojes mi amor, solo es una bromita.

—Idiota —se coloca frente a él, mirando con una tranquilidad a su pequeña Layla, por fin estaba junto a él, ya nada faltaba en estos momentos.

—Parece que está despertando —dice al verla como se movía.

—¿Papi?

—Buenos días mi amor.

—Buenos días papi —ríe.

—Por fin estás con nosotros y eso es algo que siempre debió de ser.

—Lo sé y lo siento mucho por eso, te traté mal sin ninguna razón e incluso odiaba verte ¿papá? —mira al rubio, el cual estaba cargándola— ¿tu quieres a papi?

—Por supuesto que  si —atrae al castaño de la cintura y le deposita un suave beso en su mejilla—esto te lo confirma.

—Si —sonríe.

—Muy bien, entonces vamos adentro que tengo miedo que Gwen y Jessica nos estén viendo.

—¿Por qué?

—Chris, no tienes de que asustarte, la policía está investigado y tu niña —mira a su hija— no se pregunta.

—Si se refieren a las dos señoras, ellas ya no están.

Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora