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Todos buscaban a la niña, más no la encontraban por ningún lado.

En eso a Christopher se le pasa una idea.

—Zabdiel y su usas tu olfato.

—¿Qué?

—Eres un lobo al igual que Layla y creo que tu nariz pueda ayudar.

—¿Tratas de decir que me trasforme en lobo?

—No era lo que tenía pensado pero puede ayudar.

—Necesito una prenda de Layla.

—Chicos ustedes pueden buscarla mientras tanto.

—Si Chris, anda sin problema.

El castaño asiente y se retira junto al lobo en el auto, sabía que tenía que calmarse, más sus pensamientos lo traicionaban.

—Tienes que calmarte —pasa sus manos por la cintura— si sigues así te quedarás en la casa.

—Es mi hija.

—Lo sé, pero no puedes salir de esa manera.

—Bien —suspira.

—Cuando lleguemos a la casa quiero que tomes una manzanilla para que te calmes ¿okey?

—Si.

Mientras los dos iban en el carro, Joel y Erick seguían buscando, más el menor se acordó de su hijo.

—Oh no —susurra— mi hijo.

—¿Qué pasa?

—Mi hijo está solo en la casa.

—Ve tú, yo me quedaré y llamaré a Richard.

—No puedo, será mejor que llame a mi hermana para que lo cuide.

—Buena idea, yo llamaré a Richard.

—Aquí está —muestra la pequeña prenda.

—Bien, ahora quiero que te tomes esto —muestra la pequeña taza caliente.

—No tengo sed.

—No me importa, tómatela.

De mala gana lo agarra y se lo toma de a poco, mientras que Zabdiel olfateaba la prenda de su pequeña hija.

No llevará a Christopher a buscarla ya que se pondrá peor y empezará a desesperarse.

—Ya lo terminé, ahora vamos.

—Espera que voy a traer tu abrigo.

—No es necesario.

—Solo será un rato.

—No podemos perder tiempo Zabdiel —sus ojos se llenan de lágrimas— nuestra hija a sido secuestrada y tenemos que apresurarnos.

—Chris —se coloca delante suyo, acariciando su mejilla con suavidad— se que estás desesperado, pero no puedes salir así.

—¿Qué tratas de decir?

—Es solo que te quedarás a dormir.

—No lo haré.

El lobo lo mira y acerca de forma lenta su rostro al menor, rozando con cuidado sus labios y profundizándolos para formar el beso.

Aunque Christopher trataba de separarlo, el lobo tenía más fuerza y eso lo ejecutaba en su cintura para apegarlo más a su cuerpo.

Sentía como su cuerpo se volvía más pesado y sus párpados se cerraban.

—Que cosa me has dado Zabdiel..

—Solo descansa —susurra.

Su cuerpo cae rendido al sueño, siendo sujeta por el más alto, el cual lo carga y lo lleva a la habitación para arroparlo.

—Traeré a nuestra hija y de eso te lo aseguro —sale de la habitación, llevando consigo la prenda de su hija— no sé en que momento me descuidé de tí.

Antes de irse le coloca seguro a la habitación ya que sabe que si este despierta, no dudará en salir a buscar y tal vez logrando perderse por ahí.

Su lobo interno tiene una pequeña presencia de algo, pero no del tipo malo, sino uno bueno, tal vez sea porque logrará encontrar a su pequeña.

Sube al auto y emprende camino hacia donde estaban Joel y Erick.

Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora