Mi Origen |Chrisdiel|Joerick| Terminada

Epílogo

—Hace tiempo que venía aquí —susurra el lobo al regresar a su antiguo hogar.

—De verdad vivías aquí papá —la castaña miraba asombrada, no creía que su padre antes vivía en un cueva y después en cabañas.

—Si, aquella cueva fue mucho para mi, viví toda mi niñes aquí , pero más a delante cuando conocí a tu padre, la cabaña fue un hogar por unos años.

—Vaya.

A los 18 años, ambos hijos admiraban cada detalle acerca de los lobos.

Aaliyah si bien su padre decía que vivió aquí por unos años, ella siente que estuvo por más tiempo, sentía que conocía cada detalle del lugar.

Erick un poco nostálgico por todo lo que había pasado en la cabaña, ese fue el lugar donde conoció al amor de su vida y ahora su hijo de 18 años lo conocía, más a su pequeño Ian de un año de edad, nunca le esconderá sus orígenes, porque eso más adelante puede resultar muy mal y aunque sabe que Gwen y Jessica no están, es mejor no arriesgarse.

Christopher por su parte le hizo caso a su hija y pies decidió tener otro pequeño niño, pero no fue uno si no dos, dos niños más que ahora eran su alegría y más cuando se transformaban en lobitos.

Eso le recordaba a Layla, ella también de bebé se la pasaba más en su forma de lobo que humano, pero en forma iba creciendo, se encargaba de manejarla y pensando que hacía bien, pero al final de todo, su hija se enteró y no por él ni por Zabdiel, si no por otra persona que los odiaba.

Luke y Mike, sus dos pequeños angelitos y diablillos.

Para Zabdiel, era la primera vez que cuidaba a sus hijos, ya que siempre vio crecer a Aaliyah y le encantaba ver como Richard se preocupaba de ella y como la hacía jugar. Si bien la noticia de Layla lo alegró, sabe que por una estupidez suya no pudo tenerla, pero ahora tenía la oportunidad con sus dos hijos y no la iba desaprovechar.

Apenas tenían 8 meses y ya podía convertirse en cachorros, eso para el rubio era sorprendente, cosa que a Christopher le parecía tierno.

—Dylan.

—¿Qué quieres?

—Como te fue con Marco.

—No me hables de ese, él y yo no tenemos nada —unos años atrás desde que le entregó las rosas, Marco se le declaró frente a toda la escuela y siendo rechazado en la misma.

Pero eso no impidió que Marco le diera uno que otros detalles, convirtiéndose incluso en el mejor amigo de Layla ya que esta los shippeaba a muerte.

Dylan no podía negar que le gustaba los detalles, lo que a él no le gustaba era el hecho de sonrojarse y tartamudear frente a él, se veía como un tonto sumiso y no le gusta, él era un lobo y por lógica tenía que ser el que haga sonrojar y poner nervioso a Marco.

Pero Layla no era la única que lo molestaba con Marco si no también Aaliyah, ella también lo shippeaba con su enemigo.

—Tío Chris, Layla me está molestando.

—Layla, no molestes  tu primo.

—No lo estoy molestando, solo quiero saber como le va con Marco.

—Marco no es nada de Dylan y eso ese niño lo sabe.

—Deja tu mala cara Joel, si Dylan está enamorado no lo vas a obligar que no se junte con él.

—Pero es un niño —señala.

—Nada de niño, deja que viva como quiera, pero siempre cuando lo haga con responsabilidad.

—Bueno —susurra.

Los tres jóvenes ya tenían manejo sobre como cambiar a su forma de lobo.

Realmente los chicos estaban felices por aquellas raíces y nunca lo negarían ante nadie y mucho menos avergonzar.

Layla amaba a sus dos hermanitos, aunque tiene novio, el unico que sabia era Christopher ya que conociendo a Zabdiel, no lo aceptaría.

Ama a sus padres y está orgullosa de ellos.

Sabe que ahora en adelante tendrá que aprender a vivir por su cuenta, tener errores y ella mismo poder solucionarlo.

Definitivamente sería su nueva aventura, junto con Aaliyah y Dylan.

—Dylan cuidado con tu hermano.

El rizado mira al piso y ve a su hermano convertido en lobito.

Sonríe de lo adorable que es.

—Esto es todo lo que quería, una familia y ver a todos felices.

—Pronto estará así también —susurra la morena al chico— y ya quiero verte.

—¡Aaliyah!

Fin