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Riley

Planeo en mi mente que decirle al amigo de Les. ¿Cómo le planteo mis sentimientos por ella?. ¿Me mandará al diablo?. Suspiro y me encamino hacia él. Después de todo, ¿qué tengo qué perder?.

A Leslie...

Si ésto no sale bien, la perderé a ella.

Pero ya es tarde, toco el hombro de Weber y siento como tensa todo su cuerpo.

—Weber, quiero hablar contigo,¿me permites cinco minutos? —veo como entrecierra sus ojos, con desconfianza asiente con su cabeza, bien no esperaba una sonrisa de publicidad, pero que acepte es un gran paso.

Nos alejamos y nos sentamos en las gradas, el silencio es incómodo, pero decido que eso no es impedimento para lograr mi objetivo.

Pero inesperadamente, él es quién rompe el silencio y decide hablar antes que yo large mi verborragíco discurso.

—Mira Riley, no sé que quieres, pero esta situación es incómoda, así que te pido por favor que me digas de una vez, que rayos quieres.

Vaya con Weber y su carácter,¿será qué es así con Les?. Tomo una bocanada de aire y junto valor para hablarle sobre mis sentimientos:

—Veras Weber, tengo demasiados sentimientos por una persona y no sé como declararme.

Él me mira con los ojos abiertos de par en par, como si hubiese visto un fantasma.

De repente lanza un grito que me deja atónito, mientras se para de forma rapida.

—¡¿PERDÓN?! ¡¿DE QUIÉN DIABLOS HABLAS?! ACASO TÚ...

Yo tenía mi ceño fruncido por su reacción, hasta que me doy cuenta de que dirección toman sus palabras y mi mandíbula, cae hasta el centro de la tierra y más lejos, sí eso se pudiera.

—¡Oh diablos!.¡No!. Martín es Leslie, me gusta y necesito que tú me ayudes a hablar con ella. ¿Cómo rayos se te ocurre que podrias ser tú? —golpeo mi frente con mi mano mientras niego, noto como su rostro se sonroja violentamente y vuelve a sentarse a mi lado.

—Uh... Oh... Yo de verdad, lo lamento Riley, es que me sorprendiste y tus palabras fueron, un poco, bueno no importa. A ver, dime ¿qué quieres qué yo haga?.

De repente mi mente queda en blanco y no sé que responder a eso. Sinceramente no esperaba su predisposición y me temía que no me brindara su ayuda. Ahora no sé que hacer. Y se lo digo a Martín.

—Veras, no esperaba que me escucharas, de hecho creí que me mandarias con Lucifer y que no molestara. Definitivamente, que estemos conversando me sorprende en demasía. Pero, si te soy honesto, no sé como hacer para hablar con Leslie, me gusta mucho, si te dijera todo lo que sé de ella en estos años te sorprendería o me denunciarías... Yo...

Freno mi charla unilateral y veo, como Martín me observa con una sonrisa socarrona. Arrugo mis labios y entrecierro mis ojos. Él levanta una ceja y suelta una carcajada, algo realmente raro por que jamás lo ví, ni escuché reír antes. Deja de hacerlo y me suelta algo que jamás crei oír.

—Ay hombre,¿es qué no te das cuenta qué ella lleva loca por ti desde hace años?.

El diablo me chupe y me escupa en el polo...

Leslie

Finalmente, termina la primera hora de gimnasia y la profesora nos lleva con los chicos, para trabajar juntos. Voy llegando a la cancha en busca de Martín, siempre hacemos equipo y hoy no será la excepción.

Aún pienso en la propuesta de la maestra Kath y tengo mis dudas. No sé realmente como la mandona de Tiffany, podría dar su brazo a torcer y permitir que yo entre en el equipo.

Resignada, sigo en búsqueda de mi amigo, hasta que finalmente mis ojos se topan con él en las gradas, sonrío pero ésta dura muy poco en mi cara cuando escrudinio a su acompañante.

Me caigo y me levanto.

¡Por la santa virgen de las abejas!

¡¿Qué hace mi mejor amigo hablando con el amor de mi vida?!.

Okey. Me calmo y respiro. Los observo para... ¿Para qué?. Desde aquí no los escucho, no tengo oído biónico, ni mucho menos sé leer los labios. Rudeo mis ojos,¿qué clases de ideas son esas?.

Igualmente, noto que están muy cerca hablando de algo realmente importante. Lo sé, por que Martín tiene el cuerpo hacia adelante y mira fijamente a Riley, cuando algo es serio, él presta demasiada atención, sin perderse ningún detalle. Mi amigo es así.

De repente, Riley se levanta, asiente con su cabeza y estrecha la mano de Martín.

Algo raro esta sucediendo, jamás, en todos éstos años aquí en la escuela, vi a ese par cerca.

Veo como mi chico, bueno aún no lo es pero él no lo sabe, se va con el profesor mojabragas. Yo aprovecho y me voy acercando en donde está sentado un muy concentrado Weber. Sacude su cabeza y levanta la vista.

Noto que cuando me ve, se pone pálido, algo completamente sospechoso. Lo miro fijamente y ladeo mi cabeza, me brinda una sonrisa nerviosa y automáticamente sé, que me está ocultando algo.

—Les...ehmm... ¿Hace mucho llegaste?

—El tiempo suficiente como para preguntarte ¿cómo es qué Richardson y tú, tenían una conversación tan de repente, cómo si fuesen amigos desde siempre?.

Martín traga saliva y se pone más pálido de lo que estába.

Más le vale no desmayarse, por que yo no pienso llamar a la ambulancia.

Bueno, creo que me excedí. Pero, igual que no se desmaye sin darme una historia. Una creíble, si no le molesta.

Necesito helado, pero desde ayer ya mismo. Si eso suena medio raro.

Me estresa que me oculten cosas y éste pálido ser humano lo sabe.

Yo tenía paz Dios,¿qué pasó?

Richardson,eso pasó.

~D💜

Todo por sus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora