10

105 10 4
                                    

Leslie:

Jueves finalmente.

La semana está por términar y yo, la verdad estoy agotada en todos los sentidos.

Ayer, fué un día que realmente no sé si dejar en el olvido,o recordarlo como "el día que Richardson supo de mí existencia" .

Bien, es un título largo para recordar.

En fin.

Aún sigo en mí cama, la verdad es quy no quiero ir al colegio. Después de todo.¿Quién necesita pasar vergüenza?. Osea yo no.

Pero, luego me replanteo que es una locura esquivar a Riley y, sería demasiado inmaduro desaparecer.

Bueno, pero no soy una fruta para madurar.¿No?.

Ruedo mis ojos y mi consciencia siempre a la orden del día suelta, sus tacos semanales.

Deberías dejar de ser tan cobarde

No soy una cobarde, prefiero ser precavida.

GA LLI NA

¡No soy una estúpida gallina!.

Claro que sí... Aúnque las pobres gallinas no tienen la culpa de que tú seas una estúpida.

Cállate. Solo déjame en paz de una maldita vez.

Ve al maldito colegio y enfrenta todo, como debe ser niña idiota.

¡Oye! No me agredas.

Entonces se una adulta y enfrenta al hombre de una pu...

¡Ya! ¡Basta de tanto insulto! Está bien... Iré.

Luego de esa discusión con la amargada de mí consciencia.

Amargadas tus tetas.

Suelto un suspiro, por que realmente me sorprende que sea tan...salvaje.

Bien, decido que ya es hora de enfrentar todo lo que el día me presente y voy volando al baño para darme una ducha.

Hoy el día está más frío de lo usual, así que opto por ponerme una blusa mangas largas negra, unos jeans azules y zapatillas moradas. Busco una chaqueta de lana y ato mí cabello.

Salgo de mí habitación, bajo por las escaleras y huelo los hot cakes que mí madre prepara. No sabía que tenía tanta hambre, hasta que mí estómago ruge como león hambriento y llego, prácticamente levitando a la cocina. Mis padres ríen y charlan bebiendo su café.

A mí me espera mí amado chocolate y engullo como desquiciada. Mis progenitores me miran extrañados. Les preocupo por obvias razones.

Suelo comer así, cuando algo me tiene intranquila. Y es que no es del todo mentira.

Pero, no puedo decirles que el chico que me tiene en una nube rosa desde hace más de dos años, quizás haya notado mí existencia y sólo quizás, repare en mí, después de siglos de silencio.

Bien, explicado así, parece una tragicomedia. Sin embargo, no encuentro otras palabras que expliquen mí nudo estomacal y mis líos neuronales.

A ver, que de repente surga el amor y me lo quieran demostrar de un día para el otro, ciertamente es increíble.

Tuerzo mí boca haciendo una mueca de inconformidad. Pienso seriamente en todo este asunto y aún, no le encuentro una respuesta con coherencia.

Resulta ser que, el amor de mí vida notó que existo y le pidió a mí mejor amigo, que lo ayude.

Todo por sus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora