Capítulo 18

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Las puertas del tren se abrieron, y consiguió avanzar entre la multitud sin que nadie se percatara de su presencia. Durante todo el trayecto hasta aquella ciudad había conseguido pasar despercivida y escondida, si algún adulto la vista perdida preguntarian donde se encontraba la persona a cargo, y si decía que se había escapado de casa un gran problema iba a formarse en unos pocos segindos, en lo menos que esperaría todo su plan se derrumbaría y no podría llegar a los defensores de Voltron ni a los paladines lo cual significaría que su madre no podría ser feliz.

Para su suerte su tamaño y su sigilo natural que parecía haber heredado de alguna forma.

Para cuando estuvo una vez fuera del edificio se dio cuenta de un grave error por su parte.

¿Donde se encontraba el Atlas y Garrison?

Su intención era ir allí y bucar a los paldines, pero nunca antes había pensado en como o donde llegaría allí realmente.

Se dio cuenta que no tenía ni la menor idea de donde se encontraba, ella estaba perdida.

Se obligó a sí misma a calmarse y respirar, tal vez si conseguía que alguien le dijera la direccion, no probablemente no era la mejor idea, si se lo comunicaba a alguien mayor este le preguntaría sobre sus padre y se daría cuenta que se encontraba sola, en el peor de los casos ellos aprovecharía la oportunidad y la secuestrarian. Se obligó así misma empezar a caminar y tratar lo máximo posible no parecer perdida.

De vez en cuando veía por sus lados disimuladamente. Quizás si le preguntaba a algún niño... No tampoco era una opcion, ellos no sabrían donde se encontraba, su ubicación había sido removido en todos estos años tras la derrota de los alienígenas, ya que durante su invasión en la tierra todos los humanos que habían logrado escapar o esconderse habían estado viviendo allí durante bastante tiempo.

¿Entonces como Quiznacks llegaría allí?

Giro en la esquina de un edificio para darse cuenta de que se encontraba en un callejón sin salida, cuando se dio cuenta de aquel error fue demasiado tarde. Trato de salir con rapidez de allí, pero unas personas altas y con cuerpo fornido-seguramente debido a algún tipo de estreroides- bloquean la salida. 

Vaya, vaya, ¿Que tenemos aquí?— hablo uno de los sujetos mirando a la menor.

Parece ser que una pequeña niña se a perdido —dijo el otro mientras la observaba atentamente

—¿Qué te parece si te ayudamos a reecontrarte con tus padres?— se acercó a Kella y le ofreció una de sus nutrientes manos, manchadas de barro y bajo las uñas tierra de encontraba dando un aspecto asqueroso. Era bastante obvio por el tono de su voz que mentía, así que golpeó su mano y trato de ir más atrás.

Veo que no eres tan ingenua como creíamos — comento el contrario al ver si acción — Supongo que lo haremos a las malas

Antes de que pudiese tan sólo gritar taparon su boca y la estrecharon en su brazos, se removio lo más que podía hasta dar una patada con todas sus fuerzas en el punto más bajo del hombre. No sabía por qué pero todos los chicos que les golpeaban allí se retorcian siempre se dolor, y esta no fue la excepción.

Una vez libre de los brazos de uno el otro se acercó enojado por lo que había hecho a su compañero. La cogió de la parte de arriba de su vestido y la alzó para luego lanzarle contra los botes de basura que se encontraban en el callejón, para su suerte las bolsas habían amortiguado algo la caída

Vas a pagar por eso niña— tapó con sus brazos su cara tras ver como alzaba su puño para golpearla.

Pero tras no sentir nada y escuchar un quejido de la voz de alguien se atrevió a mirar entre sus el hueco mínimo que dejaban sus brazos.

Un pequeño secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora