Capítulo 16. La Santa Compaña. Parte 1.

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Diego.

Entonces... —patea una piedra del camino —Eres el hijo protegido de Kelpie.

Gabiel.

Si. Yo soy el hijo del amor de Kramer y la dama del amanecer.

Los tres caminaban hacia la cima de una colina larga y despejada. El peregrino se había abstenido de hablar durante toda aquella caminata e ignoraba constantemente las preguntas directas que Diego le hacia.

Diego.

Me desviare un poco al llegar a la colina. —soltó Diego.

El peregrino gruño pero no quito los ojos del horizonte, las nubes brillaban con los fuertes rayos del sol que les golpeaban desde atrás, donde no había nubes se veía un cielo azul. Mas allá de la simple vista se veían grandes nubes de tormenta, nubes que se acercaban lentamente dispuestas a arruinar la primavera de aquel día y reemplazarlo con un frió invierno momentáneo.

Gabiel.

Buscaras a la chica. —sonaba decepcionado.

Diego.

Si, siento que ella le dará un sentido y dirección a mi vida.

Gabiel.

¿Y que me dices de probar con cosas nuevas y diferentes?

Diego.

No empieces. —Lo fulmino con la mirada.

Al llegar a la cima pudieron ver del otro lado la gran ciudad de Santiago de compostela. De entre todos los edificios de la ciudad sobresalía la catedral que fue donde el peregrino fijo su vista. Diego, por otra parte fijó su vista en un lugar mas cercano, una pequeña casa de ladrillos rodeada por piedras bien clavadas en el suelo para adoquinar alrededor de la casa, cerca de la casa habían dos pozos uno alado del otro justo como Kramer había dicho.

Gabiel.

¿Es aquí hacia donde han estado viajando eh? —Nadie contesto. —Bueno, es el fin del camino.

Peregrino.

No. No lo es. —miró a Diego. —No aun, espero que el hombre valiente y fiel no olvide su misión.

Diego.

No lo haré. —posó la mirada frente al peregrino. —volveré antes de anochecer para llevarte a Santiago de Compostela.

Peregrino.

Yo llegare solo a Santiago. —Gabiel y Diego se miraron y luego otra vez al peregrino. —Solo necesito que estés atento cuando te necesite Diego.

Diego.

¿Que estas buscando aquí?

Peregrino.

Ya lo sabrás, pronto lo sabrás.

Diego.

Dímelo ya. —exige. —De que se ha tratado todo este viaje, tu no me necesitas para protegerte así pues ¿Que es lo que realmente hago aquí?

Peregrino.

Cuando llegue el momento tu verdadera misión aquí llegara, pero necesitaras ser valiente.

Diego.

Lo haré. —dijo con determinación y volteo hacia la casita. —Y luego he de volver con ella... quizá para siempre.

Peregrino.

El mundo como lo conoces jamas volverá a ser igual.

Diego hace su camino hacia la casa.

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora