Capitulo 10 - Fiesta Pagana

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Diego.
He luchado contra muchas cosas en mi vida. —el camino que seguían a 2 días de Santiago de Compostela —Me he enfrentado a todas ellas sin temor. —el peregrino caminaba a su lado aun de muy buen humor —Un león, un gigante, una banda de asesinos, —Diego toma su espada y la contempla en su mano mientras camina unos pasos detrás del peregrino. —pero nunca he enfrentado a un demonio.

Agita su espada y da un solo golpe cortante. El peregrino se sobresalta y mira hacia atrás, la espada de Diego clavada en un árbol el cual casi logra cortar por completo de un solo golpe.

Peregrino.

No vencerás a un demonio con una espada. 

Diego.

Con una espada no. —del mango de la espada Diego saca una vizcaína escondida. —con esto lo venceré. 

Peregrino.

¿Que es eso?

Diego.

Esta espada era de mi padre, el me contaba sus grandiosas historias con esta espada y vizcaína y yo solo la he usado en ajustes de poco lustre y de peor fin. —pensativo. —creo que por eso acepto acompañarte para tener mis propias historias que contarle a mi posteridad.

Peregrino.

Y dime ¿Porque crees que pueden vencer un demonio con esa daga?

Diego.

Porque esta daga ya lo ha hecho. —al mango de la vizcaína era de plata negra y tenia ciertos reflejos de un rojo carmesí. —dicen que esta daga hirió a un Ángel, que su sangre derramada en la daga oscureció la plata y purifico sus filos, la esencia de la sangre aun impregnada en la daga es mortal para los demonios.

Peregrino.

La daga de Seg-el. —la reconoció sorprendido. —escuche la historia hace mucho tiempo de un arcángel herido y cuatro dagas que sellaban demonios, es llamada la daga de Seg-el.

Diego.

¿Como puedes saber aquel nombre?

Peregrino.

Hay cosas que solo se hablan en los cielos.

Diegos.

¿Como las conoces tu?

Peregrino.

Una vez viví allí.

Diego.

Bueno. —frunce el ceño. —Aveces dices cosas muy raras.

Peregrino.

¿Porque tu entusiasmo de repente por vencer demonios?

Diego.

Porque... tuve un sueño y presiento que tendré que protegerte de un demonio a puertas de Compostela.

Peregrino.

La mayoría de las veces somos nosotros mismos nuestros mas grades enemigos.

Diego.

Yo te protegeré por mi paga, y también protegeré a alguien mas. —abre los ojos al recordar. —para vencer a un demonio, debes llamarlo por su nombre y ordenarle partir.

Peregrino.

Vaya eso suena muchísimo mas fácil. —No puede evitar la sonrisita que se dibuja en los labios.

Diego.

Pero es cierto.

Peregrino.

¿Eso es una pregunta? —ríe entre dientes.

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora