Capitulo 7 - Maite Zaitut

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Juan el Apóstol.
Me perdí en la lujuria.

Peregrino.
Vivir para siempre hace muy difícil llegar firme hasta el final.

Juan el Apóstol.
No te será posible llegar hasta su tumba, los ángeles lo saben, todos los cielos lo saben ya.

Peregrino.
Sabes lo que busco.

Apóstol.
Buscas la llave que el Señor le entrego para poder entrar al reino.

Peregrino.
Amenos que pueda arrebatarte la tuya. —Amenazante.

Apóstol.
Enfrentarme sería un suicidio.

Peregrino.
No eres el único con poder sobre la mortalidad. —El peregrino se descubrió el rostro y se quitó el manto que cubría su espalda.

Apóstol.
Detente ahora. —negó con la cabeza. —esto no sucederá. Yo no tengo mi llave, me fue arrebatada cuando apostaté de mi fe.

Peregrino.
¿Cómo puedo estar seguro? ¿Cómo pudiste perder tanto?

Apóstol.
Pedro murió crucificado, Santiago murió decapitado, creo que en realidad, hermano mío, ya que soy yo el único que aún sigue aquí, fui el que más gano.

Peregrino.
Ahora eres solo una basura sin valor ni poder.

Juan.
Quiero hacer un trato.

Peregrino.
Si no tienes tu llave no hay nada que poseas que pueda serme interesante.

Apóstol.
No lograras lo que intentas, porque vas directo hacia una trampa. Yo tengo un secreto que puede interesarte pero solo lo diré si haces un pacto conmigo.

Peregrino.
Sabes acaso como burlar a los ángeles que protegen la tumba de tu hermano.

Juan.
No tienes forma de hacerlo.

Peregrino.
Tengo una ofrenda para el Apóstol en Compostela y te aseguro que yo mismo la pondré a sus pies.

Juan.
¿Porque una ofrenda?

Peregrino.
Tú no tienes nada, a Pedro le arrebataron todo e hicieron un falso templo sobre su tumba, solo queda Santiago, enterrado con sus más sagradas reliquias entre las cuales tiene que estar la llave, gracias a él lograre mi cometido. Por eso la ofrenda.

Juan.
Te equivocas. Fracasaras si no conoces este secreto.

Peregrino.
Porque creería en ti.

Juan.
Te ayudare si pactas conmigo.

Peregrino.
Habla.

Juan.
Desde que llegue aquí he tenido el deseo de visitar a mi hermano pero no soy capaz de ver su cuerpo sin vida. —sus ojos de humedecen —Cuando tengas el poder que anhelas permíteme morir para reunirme con él.

Peregrino.
Tú crees que al morir iras el mismo lugar que él. —ríe.

Juan.
Solo necesito morir, yo me encargo del resto.

Peregrino.
Si tus palabras son ciertas al final. El pacto será infinito y lo cumpliré. —le toma la mano de forma extraña en señal de pacto. —Revela tus secretos ahora.

***

A la hora cuarta, Diego dormía un poco incómodo hasta que sintió que alguien puso las manos sobre su cabeza y entonces cayó en un sueño más profundo y vívido.

Mientras dormía a Diego le pareció escuchar la voz del vividor mientras dormía decir como en susurro: "Mientras todos duermen es la hora de revelar los secretos"

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora