Capitulo 8. Canción de Cuna "Duerme"

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Juan.
Solo necesito morir, yo me encargo del resto.

Peregrino.
Si tus palabras son ciertas al final. El pacto será infinito y lo cumpliré. Revela tus secretos ahora.

Juan.
Caminemos... —Recogió las túnicas del peregrino y se las extendió antes de darle la espalda e indicarle el camino.

Pasada la Tercera parte de la tercera hora de la noche el Peregrino siguió al apóstol a un antiguo castillo sagrado, llegaron a aquel lugar siguiendo las huellas de un caballo que parecían haber pasado por varias estaciones ya pero seguir impresas en el suelo.

Juan.
Estas son las huellas del caballo que mi hermano uso cuando estuvo aquí.

Peregrino.
¿Qué intentas mostrar?

Juan.
Tú crees que lo sabes todo, pero no es así. Yo intento enseñarte.

Entraron al castillo y subieron una escalera larga hasta a una torre. En la cima justo en copa de la torre había un espacio tubular vació.

Peregrino.
¿Dónde estamos?

Juan.
Aquí se libró una gran batalla. —mirando hacia abajo desde la cima de la torre.

Peregrino.
¿Tu hermano murió aquí?

Juan.
No, —Juan miró el suelo con dolor —lo que buscas solía estar en este lugar.

Peregrino.
Y ahora descansa con el cuerpo de tu hermano en Compostela.

Juan.
¿Sabes lo que Compostela significa?

Peregrino.
Campus stellae.

Juan.
Eres bueno con los diferentes dialectos.

Peregrino.
Los conozco todos, los que existieron, existen y algunos que todavía no existen.

Juan.
"Campo estrellado" esas estrellas son...

Peregrino.
Querubines, lo sé. —mira con decepción. —Son Ángeles que están allí para proteger la tumba de tu hermano, si ese es tu gran secreto ya lo conozco.

Juan.
Ellos no están allí para proteger la tumba de mi hermano, el pueblo entero está allí para eso.

Peregrino.
Entonces que hacen allí.

Juan.
Ya se habla de ti en el reino, están preparados para tu llegada a Compostela. Ellos no cuidan la tumba de mi hermano, cuidan de la llave, ellos te esperan a ti.

Peregrino.
—Mira al suelo entendiendo. —Yo haré lo que sea necesario, solo necesito llegar dentro, cuando tenga la llave no tendrán poder contra mi.

Juan.
Lo sé, pero no subestimes el poder de los que enfrentaras. Necesitaras reunir fuerzas.

Peregrino.
Las almas en pena del reino del Mar del Olvido. —Espontaneo.

Juan.
¿Combatirán contigo?

Peregrino sonríe.
Yo quería que fuera silencioso y pacifico...

Juan.
Ellos saben tu plan y están listos para que no puedas llevarlo a cabo. Necesitas un plan que el que todo lo sabe no sepa, porque apenas se te ocurra algo, él lo sabrá.

Peregrino.
Eso no me ayuda.

Juan. 
¡Sabes lo que pasaría si lograras entrar en la catedral y la llave no estuviera allí?

Peregrino.
Allí adentro ellos tendría poder para destruirme.

Juan.
Y de una manera muy fácil, tu pensabas en un asalto rápido llegar a la armería del enemigo lo mas rápido posible y ganar desde allí, ese plan, cámbialo por algo más seguro, algo que aun sabiéndolo tu enemigo no pueda hacer mayor cosa.

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora