Capítulo 13 - Kelpie, la dama del amanecer. Parte 1

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Kramer.

Expulsarlos, evadirlos... —soba el mango de la espada —...herirlos.

Diego.

Debes llamarlo por su nombre y ordenarle que se retire. —Kramer ríe a carcajadas, sonaba diabólico.

Kramer.

Eres la hoja caída de un árbol sembrado a la orilla del rió fuerte, la corriente te lleva sin opción de pelear a un destino indiferente, cruel e inevitable.

Diego.

He aprendido eso en un sueño, de una mujer muy hermosa y ahora la busco para amarla.

Kramer.

Ese método funciona con muchos demonios, si. —sonríe.

Diego.

Cuanto tiempo hace que estamos hablando. —Diego mira hacia su alrededor la profunda oscuridad.

Kramer.

No lo suficiente.

Diego.

Creo que debería volver con Alicia. —miró hacia su espada en las manos de Kramer.

Kramer.

No, espera no te vayas, falta poco ya.

Diego.

Falta poco... — frunce el ceño —¿para que?

Kramer.

Para la noche de los difuntos.

Diego.

Esta noche vuelven las almas de las personas que murieron aquí.

Kramer.

Esta noche desaparecen mas almas de las que aparece.

Diego.

¿Porque los varones desaparecen de este lugar?

Kramer.

Por Kelpie, la dama de amanecer. —brilla sus ojos. — En la noche de los difuntos se la puede ver, tu alma quiere poseer.

Diego.

Es un fantasma, que se lleva el alma de los varones.

Kramer.

Es una bruja vuelto demonio. Su alma rencorosa hacia los hombres, se aparece con la apariencia de la mujer perfecta, hace que los hombres la sigan hacia la posada donde murió y una vez allí, cuando los hombres se dan cuenta del lió donde se metieron, ella los besa y sella su maldición sobre ellos.

Diego.

Una maldición como la tuya, supongo.

Kramer.

No. El alma de aquellos hombres sale de su cuerpo cada día al morir apastados entre los muros de aquella posada, la misma posada donde ella murió, de la misma forma.

Diego.

¿Cada día?

Kramer.

Si. A la hora en que las brujas toman el té, la casa toma forma otra vez en el claro. Los muros se levantan y las almas de aquellos hombres vuelven a sus cuerpos, hasta que llega la mañana y los muros los aplastan vivos otra vez.

Diego.

Ellos mueren cada día y vuelven a la vida cada noche. Eso explica porque aquellas mujeres no ven el alma de sus esposos en la noche de los difuntos, porque por la noche ellos están vivos.

Finisterra -Mago de OzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora