Capitulo XXIII

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"Querido primo:
Lady Eucliffle finalmente ha admitido a los Hearfilia algo impensable: el comandante Dragneel estuvo prisionero en Dartmoor durante nuestra última guerra. Dados los horribles sucesos que tuvieron lugar en ese lugar, lord Hearfilia tiene ahora todavía más interés por averiguar si su hija se ha casado con un individuo vengativo.
Vuestra preocupada prima,
Mavis "


Lucy no tuvo que escuchar la respuesta de Natsu ; lo sabía. Con un terrible sentimiento de pena en el estómago, lo sabía.

Sin embargo, cuando él dijo: «Sí, estaba allí durante la masacre», no pudo evitar que las lágrimas empezaran a rodar por sus mejillas.

Porque finalmente comprendió por qué odiaba tanto a los ingleses. Y por qué sería tan difícil para él aceptarla a ella y a los suyos.

Procuró mantener alejada la tristeza de su voz.

"—¿Viste... viste lo que pasó?

—Lo oí, y puedo asegurarte que prácticamente fue tan terrible como presenciarlo. —La abrazó tan fuerte que Lucy casi no podía respirar—. Cuando empezó la refriega, yo estaba haciendo guardia en el túnel que estábamos cavando para escapar. Los otros prisioneros sellaron precipitadamente la entrada con la losa para ocultarlo, sin darse cuenta de que yo aún estaba ahí dentro. —Su voz se tornó más amarga, fría—. Los casacas rojas estaban encima de mí, matando a siete de mis compañeros americanos y mutilando a otros sesenta, algunos de ellos murieron más tarde. Todo lo que pude hacer fue escuchar los alaridos.

—¡Cielo santo! —Ella lo besó en la mejilla—. La prensa no dijo nada sobre la existencia de túneles.

—Los periódicos británicos mantuvieron un grave mutismo sobre la mitad de las cosas que sucedieron en Dartmoor. Sobre cuántos de los míos murieron a causa del frío y de la humedad; las epidemias de la viruela; los prisioneros muertos de hambre, buscando comida en las pilas de menudencias...—Suspiró abruptamente—. No es una historia para una dama.

—No me importa. Quiero oírla. —Aunque cada palabra le partiera el corazón—. En los periódicos dijeron que los prisioneros estaban intentando escapar saltando la valla cuando los soldados abrieron fuego.

—Y si eso hubiera sido cierto, ¿qué habría importado? Por el amor de Dios, la guerra había acabado, y el tratado estaba ratificado. Sólo un maldito asunto administrativo nos mantenía todavía en Dartmoor, ¡pero  Zero , el gobernador de la prisión, decidió asesinarnos! Ese desgraciado inglés prepotente...

Natsu se detuvo, respirando con dificultad. Entonces su voz se volvió más inexorable.

—Ese canalla alegó en la investigación posterior que estábamos planeando causar estragos en los alrededores, pero eso era una burrada. Sólo se sentía frustrado por nuestra férrea oposición.

—Ese hombre confesó en los periódicos que preferiría tener que supervisar a dos mil prisioneros franceses antes que a doscientos americanos.

—Nosotros lo odiábamos, y él nos odiaba. —Su cuerpo se estremeció de rabia detrás de ella.—No importa lo que alegara Zero, fue él quien ordenó a los soldados que dispararan. Algunos casacas rojas descargaron sus mosquetes por encima de las cabezas de la multitud, pero el resto de ellos actuaron como animales, derribando a los prisioneros como perros. Uno de los muertos, un hombre de mi propio barco...

Se le quebró la voz. Cuando volvió a hablar, su tono era tan duro y frío como los muros del escondrijo para curas.

—Me contaron que había implorado que no lo mataran, pero los casacas rojas le contestaron: «Aquí no nos apiadamos de nadie», y le metieron una bala en la cabeza.

Seducir a un bribón nunca fue tan difícil (NALU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora