"Querida Mavis :
He sabido que las dos parejas de recién casados han regresado a la ciudad. Según los rumores, el nuevo suegro de lord Eucliffle ha aceptado a regañadientes los términos del contrato que el vizconde le ha exigido. En cuanto al comandante Dragneel , nadie ha comentado nada acerca de la reacción que ha tenido su nuevo suegro.
Vuestro curioso primo,
Zeref"¿Muerto?
Lucy miró a su madrastra boquiabierta, tan asombrada como Natsu . Y herida, también, además de confundida. ¿Era Anni culpable de algo? ¿Eran ciertos sus alegatos?Natsu la observaba con cara de incredulidad.
—Frier está muerto —repitió.
—De neumonía. —Las palabras se escaparon de la boca de Anni —. Cayó a un río una noche de invierno que estaba borracho. Pilló una neumonía y jamás se recuperó.
Natsu la miró con el ceño fruncido.
—Ya, qué conveniente, ¿no?Anni lo miró fijamente, con calma.
—Es la verdad, penséis lo que penséis.—Lo perseguí por media Francia, y nunca conocí a nadie que testificara que Frier había muerto. El último sitio donde estuvisteis fue Rouen...
—No, fue Lisieux. Abandonamos Rouen cuando aún nos quedaban días a cuenta del pago de la casita de alquiler que ocupábamos. Él siempre hacía lo mismo, cambiaba de lugar constantemente para evadir a los que le perseguían.
—Es decir, a mí y a la Infantería de Marina de Estados Unidos.
—¡No! Huía de esos desalmados jugadores de Baltimore. Los que se enfadaron tanto cuando él ganó una gran suma de dinero en una partida de cartas que lo acusaron de hacer trampas. —Miró a Natsu con cara de resentimiento—. Las personas para las que vos trabajáis.
Mientras lord Heartfilia rodeaba a Anni con su brazo protector, Lucy lanzó un bufido. Anni era la clase de persona que creería cualquier cuento inventado si se lo contaba alguien a quien ella apreciaba.
—Anni —intervino Lucy antes de que Natsu descargara su furia sobre la pobre mujer—. Te aseguro que Natsu trabaja para la Marina de Estados Unidos. Tiene cartas de recomendación, en las que lo presentan como un delegado naval. Y sé que los Eucliffle pueden corroborar su historia.
Natsu miró a Lucy con un patente malhumor.
—Ella sabe que digo la verdad. Sólo intenta encubrir la pista hasta Frier. —Cuando desvió la vista hacia Anni, de nuevo se comportó como el comandante Dragneel : un militar en una misión de investigación—. Si creyerais que Acno había ganado el dinero honestamente, no habríais permitido que fuera por ahí diciendo que erais su esposa. No habríais cambiado de nombre, ni habríais huido a Canadá...
—Acno me dijo que los jugadores lo perseguirían hasta los confines de la Tierra para recuperar su dinero. Y la verdad es que...
Se quedó un momento contemplando sus manos.
—Eso —espetó Natsu —. Por una vez, contadnos algo que sea verdad.
Anni empezó a llorar, y a pesar de que Lucy comprendía el porqué, también sabía que Natsu interpretaría su comportamiento como la clase de táctica a la que su madre habría recurrido para salirse con la suya.
—Dejadla en paz —bramó lord Heartfilia,
acurrucando a Anni entre sus brazos—. Ella os ha contado lo que sabe.—No me ha contado ni la mitad de lo que sabe —contraatacó Natsu—. Y, de momento, lo único que ha hecho ha sido contarme una sarta de mentiras.