Capitulo XVIII

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"Querida Mavis :
Dudo que la erupción de fugas dañe la reputación de la escuela. No creo que nadie proteste por la boda de Eucliffle ; es un muchacho de buena cuna. Pero la otra pareja sí que puede dar que hablar, eso si el comandante logra alcanzar a lady Lucy antes de que el marqués se case con ella.
Vuestro preocupado primo,
Zeref"


Se casaron en una capilla situada al lado de una posada en Gretna Green. La ceremonia fue oficiada por uno de los famosos herreros de la localidad que ejercían de curas, conocidos como los curas del yunque. Lucy intentó no pensar en su ultrajoso aspecto, embutida en ese traje de fiesta arrugado y en un corsé tan ajustado que sus pechos prácticamente se salían por el escote. Tuvo que pedir prestadas unas cuantas pinzas para recogerse el pelo, ya que había perdido las suyas durante las horas que pasó dormida y drogada. Pero al cura no pareció importarle su aspecto —sin duda, había visto a infinidad de novias con un aspecto parecido a causa del largo trayecto para llegar hasta allí— y celebró la boda como si se tratara de un acontecimiento de lo más normal y corriente.

Lo cual era cierto, lamentablemente. Con su desmedida sed de aventura, a Lucy le pareció que todo el proceso estaba más organizado de lo que esperaba. Primero, tuvieron que declarar su intención de casarse —Lucy se estremeció al pensar en el modo en que lord Vastia habría intentado conseguirlo—. Luego pronunciaron sus votos. Ella dudó después de que el cura dijera: «¿Aceptas a este hombre como esposo, para vivir juntos en sagrado matrimonio? ¿Lo obedecerás, lo servirás, lo amarás, lo honrarás, y permanecerás junto a él en la enfermedad y la salud, y renunciando a todos los demás, le serás fiel hasta que la muerte os separe?».

¿Estaba loca al casarse con un hombre al que apenas conocía?

Entonces Natsu dijo: «¿Cariño?», en ese tono ronco y sensual que le erizaba todo el vello del cuerpo, y Lucy no dudó ni un momento más.

"—Sí —repuso ella con firmeza.
No hubo largos sermones ni tomaron la Comunión; nada que se asemejara al usual servicio nupcial de la iglesia anglicana. Lo cierto era que apenas se parecía a una boda de verdad.

Hasta que el cura pidió que sacaran el anillo, y Natsu colocó uno de sus anillos en la mano izquierda de Lucy . El aro era demasiado grande para el dedo anular de Lucy , así que lo emplazó en el dedo corazón. El peso del anillo actuó como un potente recordatorio de su nuevo estado.

Nunca más se cuestionaría cómo sería su futuro, preguntándose qué país visitaría primero y si llegaría allí en un barco de pasajeros y mercancías, o en un navío rápido, o incluso en un camello. Su futuro dependía ahora inevitablemente en el hombre que estaba de pie a su lado, y apenas sabía nada de él, que Dios la ayudara.

Pero Natsu había salido a salvarla cuando nadie lo habría esperado, cuando el hecho de rescatarla afectaba directamente a sus planes. Así que seguramente debía de sentir algo por ella. No amor, puesto que él no había mencionado esa posibilidad, pero ¿un poco de afecto, quizá?

Y, ciertamente, un montón de... deseo. Eso era mucho más de lo que algunas mujeres obtenían de sus esposos. Por supuesto, ninguna de ellas tenía que preocuparse por si su esposo albergaba la intención de meter a su madrastra entre rejas. Pero Natsu había estado de lo más acertado cuando previamente había dicho: si Anna era Anni Frier y había participado en el desfalco, se merecía ser apresada. Si no lo era, entonces Lucy no tenía nada que temer.

Además, con Anni o sin Anni, no podía pensar en ningún otro hombre con el que quisiera casarse. Ese pensamiento le ayudó a soportar el resto de la ceremonia con más serenidad.

Después de la boda, el cura del yunque se mostró de un magnífico humor, y los presentó a varias personas en la posada más cercana mientras ella y Natsu saboreaban un opíparo desayuno. Por lo visto, aunque las ceremonias de parejas que se habían fugado eran bastante comunes, las bodas entre un soldado americano y la hija de un conde no eran nada frecuentes.

Seducir a un bribón nunca fue tan difícil (NALU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora