Capitulo XV

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"Querido primo:
Ha sucedido algo terrible. Estamos intentando mantenerlo en secreto hasta que sepamos algo más, pero sé que puedo confiar en vuestra discreción. ¡Lord Vastia ha secuestrado a mi pobre pupila! Me siento como la institutriz más desgraciada que existe sobre la faz de la Tierra, por haber faltado a mis obligaciones de un modo tan inexcusable.
Vuestra desesperada amiga,
Mavis"

—Por el amor de Dios, Natsu, cálmate.

Natsu se detuvo de su inquieto deambular por la sala para lanzarle a su primo una mirada exasperada.
—Llega tarde.

—Las mujeres suelen llegar tarde —explicó
Sting—. Incluso mi madre no ha bajado todavía.
—Ya, pero Lucy suele ser puntual.

— Cómo puedes estar tan seguro, si sólo hace una semana que la conoces? —lo increpó su primo—. Supongo que estás progresando en tu investigación.

—No tanto como desearía. —Natsu se sentó, pero rápidamente se volvió a poner de pie; se sentía demasiado agitado para estarse quieto.

—Bueno, sólo espero que después de esta noche no me necesites más. —Sting levantó los pies y los depositó en el sofá de otomán—. Porque me voy a casar.

Natsu se volvió con celeridad para mirar a su primo.
—¿Qué? ¿Cuándo?
—Dentro de unos días, espero; eso depende del tiempo que tarde en escaparme con la señorita Minerva a Gretna Green.

—¿Qué es Gretna Green? —inquirió Natsu .
—Es el lugar donde un cazafortunas depravado como yo lleva a una rica heredera menor de edad que no se puede casar en Inglaterra sin el consentimiento de su padre. La localidad está justo en la frontera con Escocia, donde no te puedes ni imaginar lo fácil que es tramitar una partida de casamiento. Ya he hecho los preparativos para escaparme con la señorita Minerva mañana. —Miró a Natsu con el ceño fruncido—. Antes de que me quede sin blanca.

Natsu le lanzó una mirada llena de desdén.
—Al menos te gusta la señorita Minerva , ¿no?
Sting se encogió de hombros.

—Es un poco tontita, pero podré soportarlo si eso significa que ella va a sacarme de la ruina en la que estoy sumido. Además, está demasiado obsesionada con sus propios quehaceres como para meter la nariz en los míos, así que mi vida será sólo un poco diferente a la que llevo ahora, siempre y cuando le deje tener todas las frivolidades y joyas que ella desee. —Sonrió socarronamente—. Y no creo que el acto de consumar el matrimonio sea una tarea tan ardua, ¿no te parece?

Natsu no contestó. No podía imaginar casarse con la altiva señorita Minerva , por más guapa que fuera. Probablemente sus preocupaciones se limitarían a acicalarse la cabellera.

A diferencia de Lucy, que sólo se preocuparía por hacerle perder el juicio.
Con un beso tras otro, lo mantendría excitado permanentemente. Con sólo imaginarla desnuda en su cama...

Un lacayo entró en la sala y le entregó a Natsu una hoja de papel doblada con su nombre escrito en ella.

—Disculpad, señor, pero acabamos de encontrar esta nota en el vestíbulo. Alguien debe de haberla echado por debajo de la puerta mientras los criados estaban ocupados en otras labores.

Lo cual no le sorprendió a Natsu en absoluto, al recordar cómo Sting se había visto obligado a prescindir de la mitad del personal después de que su padre perdiera toda su fortuna jugando a las cartas.

Abrió la nota y la leyó detenidamente. Una rabia incontenible se apoderó de él.

—¡No puedo creerlo! La señora Mavis  me hace saber que lady Lucy tiene dolor de cabeza y que no podrá asistir a la cena. —Frunció el ceño y volvió a leer la nota. Había algo extraño en el mensaje—. No es posible, pero si la vi hace un par de horas y estaba la mar de bien. ¿Cómo puede ser que de repente se halle tan indispuesta como para no ser capaz ni de escribir la nota ella misma?

Seducir a un bribón nunca fue tan difícil (NALU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora