Capítulo 12

1K 77 14
                                    

Pasaron un par de días, Antonia seguía molesta con su papá, Erika y Eduardo se habían alejado un poco por mutuo acuerdo, era sábado por la tarde y estaba de compras con Antonia en una plaza que quedaba un poco lejos de donde vivían.
-Erika: Pensé que comprarías más cosas (Dijo mientras se sentaban a esperar al chófer).
-Antonia: Hoy no tenía tantos ánimos (Suspiró) no me gusta estar peleada con mi papá.
-Erika: Pues entonces habla con él (Le aconsejó).
-Antonia: Es que es un tonto (Se quejó), me parece absurdo que decidieran alejarse.
-Erika: Es lo mejor (Sonrió) lo nuestro es complicado (Suspiró).
Mientras esperaban al chófer decidieron comprar unas bebidas antes de irse al estacionamiento, estaban relajadas cuando Erika vio una camioneta extraña acercarse.
-Erika: Camina rápido Toni (Dijo alejándose de la camioneta).
-Antonia: Que pasa? (Seria).
-Erika: Nos están persiguiendo (Dijo con miedo).
-Antonia: No (Dijo con ganas de llorar).
-Erika: Cuando se bajen y se acerquen vas a correr lo más rápido que puedas adentro (Le susurró) necesito que no mires atrás y te escondas (Beso su cabeza).
-Antonia: Y tú? (Con los ojos llorosos).
-Erika: Yo voy a estar bien (Sonrió) los voy a distraer pero van a llevarme.
-Antonia: Tengo miedo no te quiero dejar (Dijo sincera).
-Erika: Necesito que llegues a la casa y le digas lo que sucede a tu papá (Le pidió) yo voy a volver con ustedes (Suspiró).
Tal y como lo dijo Erika 2 hombres se bajaron de la camioneta y comenzaron a acercarse.
-Antonia: Eri (Dijo con miedo).
-Erika: Corre (Le pidió), corre Toni, ahora.
-Encapuchado 1: Maldición (Se quejó mientras veía como Antonia se escapaba de su alcance).
Antonia tiro su té, tomó las bolsas que habían comprado con fuerza y se echó a correr dentro de la plaza intentando ocultarse, los hombres agarraron a Erika y la subieron a la camioneta para después arrancar a toda marcha.
-Erika: A dónde me llevan? (Dijo con los ojos vendados).
-Encapuchado 1: El jefe la quiere saludar (Sonrió).
-Encapuchado 2: Al parecer la ha extranado últimamente (Se burló).
-Erika: Malditos (Murmuró).
-Encapuchado 1: Lastima que no pudimos agarrar a la escuincla porque nos hubieramos divertido a lo grande (Se rió).
Pasaron 20 minutos y el chófer llegó por fin a la plaza.
-Chófer: Señorita estoy aquí afuera (Le llamó).
-Antonia: Estoy en el baño (Dijo llorando) voy para allá.
Antonia tomó las bolsas y salió del baño viendo hacia todos lados para asegurarse de que nadie la perseguía caminó lo más rápido que pudo hasta llegar al estacionamiento nuevamente.
-Chófer: Que le pasa? (Serio).
-Antonia: Se la llevaron (Dijo destrozada) unos hombres se llevaron a Erika.
-Chófer: Dios mio (Dijo sorprendido).
-Antonia: Necesito ir a la casa mi papá tiene que saber (Dijo sollozando).
Subieron a la camioneta y el chófer condujo deprisa a la casa, en todo el camino Antonia no dejó de llorar pensando en como estaría Erika y en lo que había hecho para protegerla, llegaron a la casa y se bajó rápidamente en busca de su padre.
-Antonia: Papá (Grito mientras lloraba) papá dónde estás? (Dijo con voz distorsionada).
Con cara de preocupación salieron del despacho Luciano, Miranda y Eduardo.
-Milagros: Que son esos gritos? (Dijo saliendo asustada de la cocina).
-Eduardo: Que pasa? (Asustado)
Antonia: Se la llevaron (Dijo desesperada).
-Luciano: Princesa tranquila (Dijo viéndola mal).
-Miranda: Explícanos con calma (Dijo tratando de entender).
-Antonia: Unos hombres se llevaron a Erika (Los miró).
En ese momento Eduardo sintió que su corazón se rompía, sabía perfectamente quién se la había llevado y no iba a permitir que le hiciera daño, estaba dispuesto a todo con tal de traerla de vuelta a su lado.
-Milagros: Ay dios (Se persigno).
-Eduardo: No puede ser (Dijo serio) no maldición (Golpeó la mesita de la entrada).
-Miranda: Fue él Eduardo (Dijo asustada) ese imbécil se la llevó.
-Luciano: Te dije que el hecho de que te alejaras de ella no iba a cambiar las cosas (Lo miró).
-Eduardo: Fui un idiota (Suspiró), cuéntame como pasaron las cosas (Se acercó a Antonia).
-Antonia: Querían llevarnos a las dos (Recordó con miedo) y entonces ella se dio cuenta que nos seguían (Sollozo pausando un poco).
-Eduardo: Todo va a estar bien (La abrazo).
-Milagros: Voy a hacerte un té mi niña (Dijo volviendo a la cocina).
-Antonia: Me dijo que cuando se acercaran me fuera, que iba a distraerlos y ellos iban a llevársela, que corriera hasta donde me sintiera segura (Dijo triste) ella me protegió por eso se la llevaron (Suspiró).
-Eduardo: No puedo permitir que Alonso le haga daño (Dijo serio).
-Miranda: Tenemos que encontrarla (Dijo soltando algunas lágrimas) no sabemos para que la quiere ese tipo.
-Luciano: Voy a llamar a mis contactos para ver que averiguan (Tomó su celular).
-Antonia: Quién es Alonso? (Preguntó mientras se secaba las lágrimas).
Eduardo se puso tenso pero supo que en esos momentos tenía que decirle la verdad a su hija.
-Eduardo: Es su esposo (Le contó).
-Antonia: Pero como? (Confundida).
-Miranda: Tu papá la salvó (Sonrió mientras la veía).
Eduardo le contó todo lo que había pasado y Antonia entendío un poco mejor todo, Eduardo pensó que su hija tomaría mal las cosas pero al contrario ella lo apoyó completamente.
-Antonia: Debieron decirme la verdad (Se quejó).
-Eduardo: Lo siento (Acarició su mejilla).
-Antonia: Lo importante ahora es encontrar a Eri (Sonrió).
-Eduardo: Si le pasa algo me muero (Suspiró).
-Miranda: La quieres verdad? (Lo miró).
-Eduardo: La quiero como no tienes una idea (Sonrió), ni siquiera yo la tenía y lo arruine todo.
-Luciano: Ya tendrás tiempo de arreglar las cosas (Lo miró) por ahora ya tengo las grabaciones de seguridad y las placas del auto (Sonrió).
Comenzaron a ver los videos y Eduardo no pudo evitar sentir impotencia al ver como esos tipos se la llevaban.
-Eduardo: Que vamos a hacer? (Le dijo a Luciano) Ni siquiera han llamado.
-Luciano: No sé a que está jugando Alonso pero estoy seguro que daño no le va a hacer (Lo calmó).
-Eduardo: Esto es mi culpa (Dijo frustrado)
-Luciano: Claro que no (Negó).
-Eduardo: Me metí a investigar sus negocios sucios (Le confesó).
-Luciano: Por dios Eduardo (Dijo serio) con ese tipo no se juega.
-Eduardo: Lo sé (Suspiró), la quiero de regreso (Dijo desesperado) no puedo estar aquí sin saber que está bien.
-Luciano: Estás completamente enamorado (Lo miró).
-Eduardo: Si, estoy enamorado de Erika aunque me lo quiera negar (Admitió).
-Luciano: Y que piensas hacer? (Serio).
-Eduardo: Cuando la recuperemos se lo voy a decir (Dijo seguro) después no sé que pase pero ya no puedo seguir ocultándoselo (Suspiró).
-Luciano: Miranda se va a quedar con Anto (Le sonrió) nosotros no nos movemos de aquí hasta saber de ella.
-Eduardo: Gracias hermano (Le sonrió).
Se quedaron esperando pacientemente mientras Erika estaba llegando a su destino.
-Encapuchado 1: Ya llegamos (La tomó por un brazo).
-Erika: Sueltenme estúpidos (Dijo jalandose de los tipos).
-Alonso: Mi amorcito que grosera te has vuelto (Acarició su rostro mientras le quitaba la venda).
-Encapuchado 2: La chamaca se nos escapó jefe (Dijo soltando el otro brazo de Erika).
-Alonso: Imbéciles (Bufó) dejenme a solas con ella (Ordenó).
Los hombres se fueron y Alonso sentó a Erika en una incomoda silla.
-Erika: Que quieres de mi? (Dijo seria).
-Alonso: De ti nada (Se rió) ni en la cama sirves (Se burló).
-Erika: Te odio (Lo miró con rabia).
-Alonso: Pero de tu querido amante y protector si quiero algo (Sonrió).
-Erika: Con él no te metas (Le advirtió).
-Alonso: Que estúpida romántica (Se rió) eso es lo que menos soportaba de ti.
-Erika: Que quieres de Eduardo? (Seria).
-Alonso: Quiero que se deje de meter en mis asuntos (La miró) ya me enteré que está metiéndose en mis negocios y eso no lo voy a permitir.
-Erika: Y yo que tengo que ver? (Confundida).
-Alonso: Tú sólo le vas a mandar el mensajito (Dijo dándole una cachetada) con esto Eduardo no se va a volver a meter conmigo.
Alonso le jalo el cabello a Erika y se acercó hasta su rostro, le dio un beso y ella mordió su labio para que se alejara, Alonso se separó y limpio la sangre que le escurría, volvió a acercarse y bajo hasta su cuello succionando violentamente dejándole fuertes marcas moradas, Erika se quejaba e intentaba alejarse pero le era imposible.
-Erika: Sueltame (Dijo mientras lloraba) eres un animal.
-Alonso: Estoy marcando mi territorio (Se rió), no creo que a Eduardo le moleste compartirte un poco.
Alonso se encargó de dejarle varios moretones en el cuerpo y la golpeó algunas veces, la noche llegó y Erika sangraba de la nariz y la boca, tenía el ojo morado, el cuello con varios morados y los brazos con raspones pues Alonso la había tirado al suelo después de golpearla, después de ver que el mensaje había quedado bien explícito ordenó que se la llevaran, mientras la subían de nuevo a la camioneta Erika sentía todo su cuerpo doler y poco a poco sintió como perdía la noción de lo que pasaba pues estaba perdiendo el conocimiento, mientras todos esperaban en la sala Antonia ya se había dormido.
-Eduardo: No puedo más (Se jalo el cabello desesperado) tengo que ir a buscarlo (Se levantó).
-Luciano: A dónde vas a ir si no sabemos nada? (Lo miró) mis contactos dijeron que si es un secuestrado se tienen que comunicar.
-Eduardo: No sé pero tengo que saber que está bien (Rompió un jarrón), tus contactos son unos inútiles (Bufó).
-Miranda: Tranquilo Eduardo (Lo miró) necesitamos tener la cabeza fría en estos momentos.
-Eduardo: Si le pasa algo no me lo voy a perdonar (Negó).
-Milagros: No te atormentes hijo (Lo abrazó).
Después de 1 hora de camino los hombres de Alonso dejaron a Erika botada afuera de la casa, los guardias se dieron cuenta por medio de las cámaras de seguridad y enseguida corrieron a auxiliarla, mientras esperaban con impaciencia escucharon sonar el timbre, Milagros corrió a abrir y era el guardia que traía a Erika en brazos, estaba inconsciente y completamente lastimada.
-Milagros: Dios mio (Dijo dándole paso) Eduardo (Gritó).
Rápidamente todos corrieron de la sala hasta la entrada y la escena que se encontraron los dejó helados.
-Eduardo: No (Dijo en un susurro) mi amor no (Dijo tomándola en brazos).
-Luciano: Milagros llama al doctor por favor (Dijo serio)
-Miranda: Maldito desgraciado mira como la dejó (Dijo mientras abrazaba a Luciano).
-Eduardo: La voy a llevar a su habitación (Subiendo las escaleras).
Eduardo subió de prisa y la acomodó en su cama, minutos después Luciano y Miranda también estaban ahí.
-Eduardo: Esto es mi culpa (Dijo sentando a su lado) mira como te dejaron (Acarició su cabello).
-Miranda: Tú la has protegido muy bien Eduardo (Sonrió) esto no es tu culpa (Lo calmó) todos sabemos que Alonso está loco.
-Luciano: Todo va a estar bien (Suspiró).
Pasaron 15 minutos y el doctor llegó, comenzó a revisar las lesiones de Erika con seriedad, le recetó una crema para la inflamación del cuello, curó su labio y el moretón del ojo se bajaría con hielo, también le recetó antibióticos para el dolor y le puso suero pues estaba bastante deshidratada.
-Doctor: Ella va a estar bien (Los miró) pero una agresión de este tipo debería ser denunciada (Serio).
-Eduardo: Esto no se va a quedar así (Dijo molesto) se los aseguro.
-Miranda: Por que está inconsciente? (Preocupada).
-Doctor: Supongo que por el dolor y el tiempo que pasó sin comer ni tomar agua le afectó (Los miró) le puse un sedante y lo más seguro es que despierte hasta mañana.
-Luciano: Será mejor que la dejemos descansar y descansemos nosotros (Abrazó a Miranda).
-Doctor: Yo me retiro (Se despidió) y no se preocupen que conozco el camino (Dijo antes de salir).
-Miranda: Regresamos mañana a primera hora (Se despidió de Eduardo).
-Eduardo: Vayan sin pendiente (Sonrió) no me voy a despegar de ella.
Se fue y después de asegurarse que Eduardo no necesitara nada Milagros también se retiró a descansar, Eduardo se acostó al lado de Erika para cuidarla y comenzó a decirle cosas bonitas mientras acariciaba su cabello.
-Eduardo: Te prometo que en cuanto despiertes te voy a decir todo lo que siento (Sonrió) no quiero que pase ni un minuto más sin que sepas todo lo que me provocas (Besó su frente), mi corazón te eligió y soy muy afortunado por eso (Suspiró), me flechaste sin que me diera cuenta y aquí me tienes como un tonto a tus pies (Se acomodó en la cama y cerró los ojos).
Eduardo por fin respiraba con alivio, sabía que Erika estaba a su lado aunque un poco herida pero a salvo se prometió que algo tenía que hacer para parar al estúpido de Alonso, minutos después el sueño poco a poco se apoderó de él y cayó rendido ante el cansancio.

Apuesta por un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora