La noche estaba por terminar y el sol salía poco a poco mientras iluminaba con sus primeros rayos el cielo índigo. Esto indicaba que centuries pronto cerraría dejando de nuevo a las ratas de la ciudad en libertad.
Mientras que Uraraka terminaba de contar su ganancia, sus empleados se preparaban para irse a sus casas.
Podemos observar como un hermoso peli verde se carcomía pensando en todo lo que ha vivido hasta ahora. Izuku no podía negar que su primera semana fue desastrosa pero divertida.
Conoció a muchas personas agradables y tenebrosas, algunas le dejaba la piel erizada mientras que otras sólo le causaban intriga.
Muchos tenían historias que contar.
Lo que más le daba curiosidad al pecoso era ese rubio con mirada filosa que venía todas las noches a verlo. Porque Midoriya no era estúpido, él sabía perfectamente que ese hombre no quitaba sus ojos rojos de él en toda la noche.
Parecía que quería comérselo de un sólo bocado al pequeño pecoso y en la realidad no estaba tan lejos de eso.
Sinceramente ya no sabía que hacer.
Quería acercarse para decirle que lo dejara por una noche en paz pero por otra parte deseaba tener esos brazos al rededor de su cintura.
Dejando todos esos pensamientos de lado Izuku salió corriendo del cuarto de empleados.
--Adiós cara de ángel-- dice Izuku mientras pasa de largo robándole un suspiro a Uraraka.
--Adiós brócoli, recuerda que mañana tienes que hacer mi encargo.
-- Sí, nunca se me olvidaría.
Sin más preámbulos salió del bar dirigiéndose a la carretera para emprender su camino.
Pero lo que no esperaba era ver a ese despampanante rubio recargado en su motocicleta viéndolo fijamente, haciendo que se quedara petrificado en la puerta.
Ninguno decía nada pues estaban tan consternados de verse tan repentinamente.
--Oye nerd...
--¿yo? - dijo con duda, no sabía si se dirigía a él.
- ¿Hay otra persona con cara de idiota?
- Supongo que no - decía Izuku con molestia.
-- Bien, sube a la motocicleta o te corto las pelotas.
Como siempre Katsuki iba al punto.
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Si alguien como Katsuki me dice eso les juro que me orgasmeo ahí mismo.
