Los días comienzan a pasar como si fuesen segundos y Rocío y sus chicas se encuentran con los exámenes finales, lo que apenas les permite salir a disfrutar de la vida como les gustaría... Gracias a Dios, ya solo les queda el último, el de Matemáticas y ya a esperar las notas que les permita o no disfrutar de un verano más de calor, playa y diversión, sabiendo que Rocío se tendrá que incorporar con las clases ya comenzadas, porque justo la llegada de su 'princesa' le coincide con el comienzo de las mismas.
-¡Que agobio, chicas! Menos mal que creo que he aprobado todos los exámenes, Saúl desde su cambio me permite más espacio para estudiar y dedicarmelo a mí.
- ¡Y a nosotras!- Gritan las chicas, todas a la vez.
- Eso sí es cierto, siempre he sido la primera en meterme con el porque no hay derecho, pero oju como ha cambiado, shiquilla.- Dice Tamara, quién al decir esto, se queda boquiabierta con lo que ven sus ojos.
A pocos metros está Saúl con una pelirroja, aparentemente de otro instituto y algo más mayor que ellas, ya que Tamara no es capaz de reconocerla a pesar de la cercanía con la escena medio calenturienta de la "pareja".
-¡Pero que ven mis ojazos verdes! Menos mal que había cambiado, maldito cabron... - Suelta Tamara, sin pensárselo dos veces en que Rocío estaba delante.
- Chicas yo me voy, yo no puedo ver esto, soy tonta por creerme todo lo que ese rubio de pacotilla me dice.-Dice Rocío mientras llorando abandona a las chicas y pasa dando un golpe en el hombro de Saúl, quien la ignora completamente.
Después de esto, Rocío decide ignorarle como si no existiese, lo que Saúl nota aunque en el fondo le da exactamente igual pero días después, al terminar el último examen del curso, se acerca a ella para intentar hablar con ella.
- Princesa, déjame hablar contigo...
- No tengo nada que hablar con un cerdo, que a la mínima que tengo que estudiar y me doy la vuelta aprovecha para revolcarse con el primer zorron que le pasa por enfrente...
- No es así nena, lo sabes...
- ¿Que no es así? Deja de vacilarme ya Saúl, por dios, sabes que te vi perfectamente dándote el lote con la pelirroja tetona aquella.. ¡Por dios, os vimos todas! Es que encima tienes el descaro d hacerlo en mi propia cara, por favor...
- Si hago esas cosas es unica y exclusivamente por tu culpa, que a saber de quién es la niña que llevas dentro... Con el pedo que llevabas aquella noche, puede ser mío o de cualquier tío que te propusiese entrar con él al baño.
- Eres un maldito cerdo, desgraciado, ¡No te vuelvas a acercar a mí en toda tu vida! Cuando nazca la nena ya te enterarás.
Furioso, tras escuchar sus últimas palabras, a Saúl le importa menos que nada que estuviese embarazada y quién estuviese delante, para darle una bofetada y zarandearla hasta que cae al suelo mientras le dice:
- Tú no eres quien para decirme si me acerco a ti o no, maldita puta, eso solo lo digo y lo decido yo, lo nuestro se acabará cuando a mí me de la gana, no a ti.
Y, en el mismo momento en el que se dispone a levantar su pierna derecha para patearla como quien patea un balón, aparece el director del colegio, agarrándolo con fuerza para que no llegue a cumplir su objetivo.
- Señor Gutiérrez, ahora mismo vamos a ir a mi despacho, esto es inadmisible, vamos a tener unas palabras, que le gusten o no a mí me da sinceramente lo mismo.
Y mientras, el director del instituto le arrastra hasta su despacho, Saúl grita a Rocío:
- Esta me la pagas, puta, y como me echen de aquí no tienes Sevilla para esconderte, porque te mato.
En el suelo, llorando del dolor y de la humillación, Rocío permanece ahí hasta que sus amigas acuden en su ayuda, quiénes al levantarla del suelo se dan cuenta de una mancha de sangre en el pantalón de Rocío.
Asustadas, corren a la enfermería, donde las mandan directamente al hospital.
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Adolescencia perdida Parte I: Rocío.
ActionRocío es la alumna perfecta del San Eugenio pero la llegada de un nuevo grupo de alumnos le cambiará la vida. Portada realizada por @yourbooklady