CAPITULO 16

24 2 2
                                    


Las horas pasan como si fuesen dias en el reloj de Rocío y los días como si fuesen meses en su calendario... Su ropa sigue siendo excesivamente escasa, su comida se ha reducido a basicamente las sobras que les quedan a Saul y su hermano, y los pañales de Martin se han ido gastando hasta el punto de que al cabo de una semana solo le queda uno cuando el pequeño comienza a llorar.

El llanto del bebé despierta a un Saúl que apenas acaba de llegar apenas hace un par de horas.

.-Ya empezamos con las lloreras del mocoso este, pero ¿como es posible que todavia no seas capaz de hacerlo callar? Por Dios, Rocío,¿que clase de madre eres, hija?

.-Deja de gritar, Saul, porque asi no vas a conseguir nada más que asustar a Martin, él no sabe hablar todavia y llora porque tiene hambre, frio, se enferma o se hace caca en unos pañales que ya no se ni como lavarlos para que aguanten más tiempo, ¿de verdad no ves que esto no puede continuar así más tiempo?

.-Deja de protestar y si de verdad estás preocupada por sacar adelante al niño, ¡Menea el culo, que ya eres mayorcita y aqui no os vamos a mantener ni a ti ni a él!

.-Ea, y, ¿Que quieres que haga? No puedo dejar al niño solo y ni siquiera he podido terminar la secundaria... Dime tú, ¿Qué quieres que haga? Porque además no solo es eso... Ya se me acumula todo, todo lo referente a la casa y al pequeño lo hago yo, porque vosotros dos os tirais todo el santo dia en la calle, haciendo Dios sabe qué, y solo me dejais las sobras de una comida que os preparo yo... Y eso cuando os gusta, porque cuando no es así, preferis tirarla a la basura directamente... Yo no entiendo nada, de verdad que no sé...

Saúl, que ya se habia levantado de la cama enrabietado y enfurecido por el llanto del pequeño Martín, se encoleriza más aún al escuchar a su novia soltar toda la cadena de palabras, que en su interior sabe que son totalmente ciertas y herido en su orgullo, la agarra del cuello, sin preocuparse de que ésta tiene al niño en brazos, dandole de mamar, y con toda la rabia que las palabras de su novia le han causado le grita:

.-¡Como se te ocurra volver a decirte todas estas payasadas te juro por Dios que no sé ni lo que hago! Y no lo hago ahora porque la vida de esa cosa que tienes en brazos vale muchisimo mas que la tuya asi que andate con cuidado con lo que me dices a mí o a mi hermano... Solo queda decirte que si tantas cosas necesitas, esta noche te llevo al pub de unos amigos mios y desde esta misma noche empiezas a trabajar... Meneando ese bonito culo que Dios te ha dao... Ahora calla de una vez al mocoso que necesito descansar...

Dicho todo esto y dejando a una Rocío dolida y sumida entre lagrimas se vuelve a meter en su cuarto tras un sonoro portazo que resuena en toda la casa.

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora