CAPITULO 18

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Las horas pasan como minutos para las dos amigas metidas en la sala de espera del hospital... Han podido ver un momento al pequeño Martín, pero han sido a penas 5 minutos y absolutamente nadie les ha dicho si está mejor o peor... Ni tan siquiera les han dicho ¡Que tiene Martin!
Tras dos largas horas allí, agobiada y locas de preocupacion, sus únicos momentos de suspiro, si se le puede llamar así, han sido las 2 veces que han salido a fuera a fumar un cigarrillo, tanto Rocío como Tamara están que se mueren de los nervios, las han llamado el resto del grupo, las cuales están también muertas de nervios.
Pasa otra media hora y suena el teléfono de Rocío.... ¡Son las 7 y han quedado a las 8 para que fuesen al pub!¡¡¡Madre mia!!!
.- Si,¿Dígame?- Contesta una desolada Rocío que ni siquiera había reparado en mirar el número que la llamaba.
.- Como que,¿sí , dígame?,¿Donde coño estas y con quien Rocio?
.- Estoy en el hospital, he tenido que traer a Martín de urgencia hace más de tres horas pero  como tú teléfono estaba completamente apagado,  no he podido avisarte.
.- Maldita zorra, podrías haber llamado al teléfono de mi hermano, ¿no?
<<Yo lo descuartizo y tiro sus cachitos uno a uno al contenedor>>. Piensa Tamara, al escuchar las palabras de Saul, quien realmente no dice nada por no poner peor a su amiga.
.- Sí, Saul, ya sé que tu yo habíamos quedado en una hora en ir al pub de tu amigo, pero si el niño se me puso malo,¿Que hago yo?
.- Que hago yo que hago yo, venirte inmediatamente hacia aquí y mi hermano y su novia iran a suplirte,  tú  por eso no sufras.
.- Saul, Martin es mi niño y mi obligación es estar aquí con él de sí o sí.
.Rocío, te lo digo por última vez, vente para acá a arreglarte  e irnos para el pub de una puta vez, porque como tenga que ir yo... Lo vas a lamentar, seguro... O, es que ¿me estás ocultando algo?
.- No Saul, no te escondo nada, de verdad, simplemente quiero estar al lado de mi hijo... Ya esta,  entiendelo.
.- No tengo que entender absolutamente nada, Roció, tengo a mi hermano aquí y ya mismo sale, coge el coche y va para allá, Martin no va a estar solo y tú podrás ganarte unos billetes para que ese crío viva mejor.
¿Otra vez vas a volver a hacer lo que a ese gilipollas se le salga de la punta de la nariz? Le pregunta Tamara  lo suficientemente bajo como para que no la oiga nadie más que Rocío.
A lo cual la chica contesta encogiéndose de hombros en señal de que no hay otra manera y menos ahora que el pequeño necesita tantos cuidados, que en ocasiones no puede darle.
.-Está bien, Saul, dile a tu hermano y a su novia que salgan,enseguida cogo el autobús y voy para allá.
Tras esto cuelga y cae sentada entre sollozos, mientras que su amiga la abraza.
Cuando Rocío se tranquiliza, Tamara, le dice:
.-Tres cosas, amiga. Uno: Mal por tu parte por irte y dejar aquí al niño solo, soñando porque ese cerdo te lo haya dicho. Dos: Me parece increíble que hayas caído tan bajo de actuar en un pub, porque ese hijo de mala madre no quiera darte de comer ni a ti ni al bebé, es acojonante, de verdad.
Dicho esto, y que te quede muy claro que no me voy a meter ni a dirigir tus actos... Te digo que eso del autobús va a ser que no, igual que nosotros os hemos traído, te llevamos y después, cual quien cosa que pase nos dices,¿vale? Así que caminito, cuanto más rápido mejor.
Con esto, Rocío,  Tamara y su hermano emprenden el viaje de vuelta a la casa de la chica, sin saber lo que allí  les esperaba.

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora