CAPÍTULO 7

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Por fin llega el momento en el que Rocío sale del hospital, ha sido una semana muy larga y muy difícil tanto para Rocío como para sus padres y sus amigas, quiénes no se han separado de ella en ningún momento, mientras Saúl solo ha ido a verla una tarde, lo que da mucho que pensar a Rocío.
Una vez en su casa, lo habla con sus amigas, quiénes la aconsejan como si se le fuese la vida en ello.
.- Nena, te hemos dicho millones de veces que te alejes de él, de verdad,¿No ves que está destrozando tu vida?- Intenta Tamara, entre lágrimas, ya no soporta la situación de su amiga, siempre han sido como hermanas y ver los moratones que le cubren el rostro cada dos por tres está matándola.
.- Es que encima, después de todo, solo va ¡Un día! ¡Uno! A verte y que casualidad, recibe una llamada, a saber de quién y se va escopetao... Pero... ¿Tú reina mía, ves eso normal?- Suplica Diana, quién también está destrozada por su amiga.
.-¡Por no hablar de los moratones que cada dos por tres tienes en tu preciosa carita! Pero, ¡De verdad,¿No lo ves?!- Exclama Paula.
.- Bueno,vale ya, él puede cambiar en cualquier momento,¿No? La gente cambia...
.- Si ese hijo de mala madre cambia, yo me hago monja de clausura... Lo prometo por los tres quiquis diarios que hecho con Pablo...- Todas ríen tras la descabellada expresión de Tamara.
En ese mismo momento pasan por su lado, Saúl y Silvia abrazados y besándose cada tres pasos que dan, quien al ver a Rocío sonríe y sigue por su camino como si ella no estuviese allí.
.- Y ante esto,¿Qué es lo que tienes que decir reina mora?
En silencio, Rocío comienza a llorar ante unas amigas que se vuelcan automáticamente en ella, como siempre.
Los días van pasando y Rocío vuelve a ponerse las pilas con los estudios aunque no es capaz de quitarse de la cabeza a Saúl y sus besos hacia esa chica con la que lo había visto días atrás.
Él la ha llamado varias veces pero no ha querido cogerselo, en clase hace hasta lo imposible por ignorarlo y cuando llega a casa se dedica a cuidarse y a estudiar, se acercan los exámenes finales y debe aprobarlos si no quiere ir a los exámenes de septiembre por primera vez en su vida.
Su embarazo ya empieza a hacerse notar, en una semana le dirán el sexo del bebé y eso le llena de vida mientras que en su cabeza una y otra vez aparece la imagen de Saúl.
Una tarde que Rocío se junto con las chicas en la cafetería donde se juntaban siempre que podían, no podían parar de reír e imaginar el que será su "sobrino".
.- Ay pues si es niña la podrías poner Tamara, como su tita.
.- No, no Giselle, que es un nombre muuuuuuuucho más bonito- Ríe Diana.
.- Dejad de agobiarla, es ella quien debe decidir el nombre de su bebé, que para eso es la madre- Ríe Paula ante las risas de sus amigas.
En ese momento aparecen Saúl y Pablo, quiénes al ver a las chicas van directos a su mesa.
.- ¡El que faltaba!,hola amor,¿Cómo estás?- Le da un beso a Pablo apasionado a la par de salvaje - Oye y a este sinvergüenza,¿Quién le da vela aquí?
.- Ratita, por favor, quería hablar con Rocío y como me dijiste que ibais a estar aquí, le e traído, estaba desesperado.
.- Sí, desesperado porque la otra no le hace caso, ¿O por volver a ponerle los ojos morados a Rocío?
.- Va, Tami, voy a hablar con él, a ver qué me dice.
Rocío se aparta con Saúl hacia un lugar donde nadie pudiese verles ni oírles y así poder hablar tranquilamente.
.- Princesa, estaba muy preocupado por tí, hace semanas que no me coges ni el teléfono y en el instituto apenas ni me miras, te echo de menos.
.-¿Crees que voy a tragar otra vez, como si no te viese aquel día con esa morena pechugona?
.- Princesa, Silvia es una amiga,¿Cómo puedes creer que te voy a poner el cuerno con nadie?
.- No iba a ser la primera vez, lo sabes tan bien como yo.
.- He cambiado te lo prometo, ya no he vuelto a ver a nadie en mi cama que no seas tú...
.- Pero en tus labios sí, venga Saúl, por favor.
.- Por favor, mi princesa, te lo suplico, dame una última oportunidad y cuidemos juntos a ese bebé que llevas dentro y sé que es mío... Por favor.
Viendo la cara de tristeza y desesperación de Saúl, a Rocío le da yo vuelco el corazón y no es capaz de razonar, por lo que lo abraza y lo besa, dándole con este gesto una nueva oportunidad.
Abrazados vuelven con sus amigos diciéndoles que se van que tienen que arreglar un par de cositas...
Con esto entre arrumacos marchan de camino a casa de Saúl.

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora