CAPITULO 10

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Minutos después, llega la ambulancia donde trasladan a Rocío hasta el hospital de Sevilla, al solo poder tener un acompañante, es Tamara, quien decide acompañarla en la ambulancia, mientras las otras tres chicas deciden llamar a los padres de su amiga para contarles absolutamente todo lo sucedido, quizás puedan ir con ellos en coche y llegar cuanto antes al lado de Rocío.

. - Buenos días, señor, soy Diana... Sí, es Rocío, ha comenzado a sangrar y la han tenido que llevar a toda leche al hospital de Sevilla... Sí... Gracias... Aquí les esperamos... Sí, Tamara ha ido con ella... Gracias, señor, vamos a avisar al director y esperamos... Gracias, hasta ahora...

. - ¿ Y bien?, ¿Que te ha dicho? . - Pregunta Paula, a punto de un ataque de nervios.

. - En diez minutos están aquí, él y su mujer, nos recogen y vamos para Sevilla, hay que avisar al director, así que vamos al despacho.

Como les prometió el padre de Rocío, diez minutos después está recogiendo a las chicas en el instituto y tras veinte minutos, que a todos les parece prácticamente como si hubiesen pasado horas, llegan al hospital donde se encuentran con Tamara.

. - ¿Que ha pasado,Tamara, cariño?.-Pregunta Carmen, la madre de Rocío, a punto de echarse a llorar.

. - Ha sido ese cerdo, señora, no se ha cortado ni un pelo en pegarla, allí, delante de todos los compañeros del instituto, si no fuese por el director... - Tamara, se echa a llorar al pensar en el momento en que ella y sus amigas han llegado hasta el punto del pasillo en el que estaba Rocío.

. - ¡Como les pase algo a mi hija o a mi nieto, os juro que mato a ese hijo de puta!. - Grita Antonio, totalmente desesperado, al pensar en el daño que Saúl está haciéndole a su hija.

. - Antonio... Por... Favor... No... Es... Sitio... - Carmen entre sollozos desesperados, apenas puede vocalizar, pero aun así intenta tranquilizar a su marido.

Tras unos minutos, que a todos les parece interminables, aparece un médico, desde el pasillo que separa la sala de espera de los boxes de urgencias del hospital.

. - ¿La familia de Rocío Marínez?

. - ¡Aquí!, Aquí...

. - Bien, les cuento... La chica a sufrido varios golpes, sobre todo en la cara... Sufre un pequeño traumatismo al haber sufrido una aparatosa caída, la cual no sabemos si ha sido accidental o provocada ya que Rocío no quiere hablar mucho de esto... Gracias a Dios, todo a quedado en un gran susto... le hemos propuesto que sea ella quien denuncie esto antes de que sea demasiado tarde, pero se ha negado total y rotundamente... Sinceramente... La veo aterrada, por lo que ahora se lo propongo a ustedes, el denunciar este caso... Si nadie denuncia esto, tristemente, tarde o temprano, aunque sea difícil y duro escucharlo, terminarán enterrando a su hija o a su nieto, o si es antes, seguramente, a los dos... Ahora, la moneda está en sus manos, son ustedes, quienes más pueden ayudarla.

. - No queremos hacer daño a nuestra hija, pero esto se tiene que parar cuanto antes, por lo que si nos puede indicar donde poder acudir, tanto mi mujer como yo acudiremos en cuanto veamos  nuestra hija. - Dice Antonio, totalmente seguro de sus palabras.

. - Además, nosotras estamos de testigos, ¿verdad, chicas? . - Sentencia Tamara, ofreciendo su ayuda.

. - Bien, ahora si quieren pueden entrar a ver a la chiquilla y después van a comisaria y a la asistenta social que tenemos aquí en el hospital... Lo que sí por favor, pasen de dos en dos y por favor, traten de no alterarla demasiado.

. - Gra..cias... - Agradece Carmen, aún llorando.

Varios minutos más tarde, Rocío recibe en el box a sus padres, a quienes intenta tranquilizar con una dulce sonrisa, a pesar de tener el rostro inflamado y totalmente lleno de moratones.

. - Cariño... Estamos aquí, contigo, a tu lado... .- Le dice Carmen a su hija, entre lagrimas, mientras le da un dulce beso en la frente.

. - Gracias, mamá, gracias por todo, de verdad... Él no es malo... Solo tiene un pronto muy difícil... Pero me quiere... De verdad...

. - Bueno, cielo, no es momento para hablar de esto, ¿vale? Ahora lo primero sois tú y el bebé... Lo demás está por venir... - Le contesta Antonio, intentando tranquilizar a su hija.

Una semana después, una Rocío muy recuperada, abandona el hospital rodeada de sus amigas y de sus padres... Una semana en la que Saúl, no ha dado ni la más mínima señal de vida, lo que a Rocío le ha causado llorar todas y cada una de las noches que ha pasado en el hospital, cada vez que se quedaba sola.

Pero ese es un asunto que deberán hablar más adelante, cuando se recupere cien por cien.

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora