CAPITULO 12

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Varios días después, Saul sale del hospital totalmente arrepentido de haber tratado tan mal a Rocío, sabe que sin ella no es capaz de conseguir tantas cosas como con ella, por lo que decide ir a su casa a buscarla.

En cuanto llega es Antonio, el padre de la chica, quien abre la puerta de la casa.

.- Hombre, pero si a ti hace tiempo que te quería yo ver a ti... Tan chico y ya por la vida como vas... Vete de mi casa y, si puede ser, vete del pueblo... Porque como vuelva a verte rondando a mi Rocío, te juro por Dios, que no vuelves a salir del hospital.

.- Señor, soy el padre del que en menos de un mes, será su nieto, por lo que Rocío es mi mujer... Creo que va a ser teóricamente imposible lo que está diciendo, sino... Pregúntele a ella... A ver si opina lo mismo que el borrachín de su padre...

.-¡Lárgate ahora mismo de aquí,porque si en tres segundos no te vas soy capaz de...!

.-¿De qué,señor?

Antonio, al ver la chulería del muchacho se abalanza sobre él y comienza a darle empujones para echarlo de la puerta de su casa, hasta que al oír los ruidos y el griterio montado allí, Rocío y su madre salen asustadas.

.- ¡Papá! ¡Para ahora mismo!¡Por favor!

.-Antonio, hazlo por la niña, déjalo estar... Pero tú, fuera de aquí ahora mismo o llamo a la policia, te vas por las buenas o por las malas.

.- Solo quería ver a su hija, Señora, y mire como me recibe el salvaje de su marido.

.-¿Salvaje?, tu desfachatez es increíble,¿tienes mala memoria?, o es que, ¿no quieres acordarte de como dejaste a mi hija en el mismo instituto?¡Pero si casi me la matas, desgraciado!

.-Por favor, no me falte el respeto, porque yo no se lo he faltado a usted. Al revés, desde que he llamado a la puerta solo he recibido insultos y ¡hasta golpes!

.-¡Pero serás desgraciado, niño! ¿Cómo quieres que te tratemos en esta casa con el daño que estás haciendo a nuestra hija? ¿Te regalamos un ramo de rosas? Porque si por mí fuese te regalaría una corona de flores, pero para llevarlas a tu funeral, hijo de...

.-¡Papá! Dejad ya de discutir, por favor... Me duele muchisimo la tripa y además no dejo de hacerme pis encima... ¡Por Dios Santo, dejarlo ya, que esto duele mucho!

.- Ay, Antonio, deja al mocoso este para otro momento y coge ya mismo el coche, que nos la llevamos al hospital, tú, por supuesto que búscate la vida... No hay ni un solo hueco para ti.

En medio de tanto alboroto y nerviosismo, Antonio, es capaz de calmarse lo suficiente como para conducir hasta el hospital donde en las próximas horas será abuelo de un precioso niño... ¡Martín!

Adolescencia perdida Parte I: Rocío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora