El detective Kamiya llegó finalmente a su oficina más ajetreado que un maratonista novato al tener que subir con una enorme pila de papeles y archivos por las escaleras hasta el cuarto piso del departamento de policía ¿Por qué? Pues muy sencillo, un imbécil con apenas un par de neuronas haciendo conexión derramó café con crema sobre los botones del ascensor, gracias a esto, el salvador de los portadores de carga, estresados y holgazanes está en mantenimiento desde la mañana.
Jadeando, apenas pudo mantener el equilibrio al sacar la llave de su amada oficina a unas puertas de la de su excéntrico colega, cada segundo sosteniendo esa maldita pila con todo el poder de su brazo izquierdo era una tortura, ya estaba que perdía la paciencia al fallar un par de veces antes de atinarle a la ranura de la chapa redonda y dorada de su puerta de madera con su típica ventana y persiana americana que impedía la vista a los curiosos.
Dejó la pesada carga sobre su escritorio impecable de madera con cubierta de vidrio haciendo que todas las cosas allí peguen un pequeño salto del golpe que dio. Elongó la articulación de sus hombros antes de tumbarse en su sillón de cuero marrón soltando todo el aire de sus pulmones sonoramente.
--¿Quién dijo que la vida de un detective no tenía sus puntos de mierda?-- Dijo apenas, se enderezó y tomó el primer informe sobre la pila de documentos a revisar. Tenía alrededor de 40 páginas impresas describiendo el caso. Leyó los puntos importantes y los memorizó casi al instante, los detalles ya los vería cuando llegara a su casa con dicho documento, que para su fortuna faltaban pocas horas para que eso pasara, pero entonces elevó su mirada a la "pequeña tarea" que le encomendó el bastardo de su amigo.
~Flash back~
Al terminar la intensa discusión de los detectives y el forense, Ichimatsu les pidió, por no decir ordenó en su histeria por el caso, a los otros dos acompañarle hacia el piso subterráneo, en donde se utilizaba para almacenar cada archivo de relevancia o rutina que se producía en aquel edificio. Eran varios pasillos con estantes repletos de información valiosa, y el oji-amatista parecía saber perfectamente donde encontrar lo que buscaba, en uno de los estantes que datan cinco años previos al actual, se dirigió al mes de abril, a principios de este, y sacó varios archivos de gran peso que fue colocando en orden sobre los brazos de su colega, si bien le protestó su accionar pero este estaba demasiado ensimismado con el caso que hizo oídos sordos hasta que le terminó de llenar hasta el pecho. Apenas lo hizo se giró con el rostro serio y le tomó por ambos hombros mirándole fijamente.
--Escúchame pajero, me acaban de llamar para atender junto a Jyushimatsu la enorme cagada que está pasando allí afuera, necesito encargarte que revises cada archivo que te entregué sobre los mocosos para que lo analices y veas si están relacionados a la investigación aunque te tome la noche ¿Entendiste?-- Dijo serio.
--¿Jaaaa? E-espera ¿Quieres decir que debo hacer todo esto solo?-- Le recriminó con un rostro desconcertado.
--Qué bueno que puedes pensar por tu cuenta-- Le respondió colocándose su abrigo largo y su sombrero desgastado. El oji-ámbar fue llamado por uno de sus compañeros mientras ellos seguían en el lugar --Si realmente Seiryu está metido en todo esto no dejaré que se salga con la suya ¡antes muerto! Por eso necesito tu ayuda, pero si algo le ocurren a esos documentos te cortaré tu pene diminuto y será ahí que tu vida sexual estará más muerta de lo que está ahora-- Le amenazó como si fuese algo que hiciese habitualmente, con apuro se dirigió hacia la salida y el contrario apenas le podía seguir el paso. Subieron por la escalera que daba a la planta baja en donde todavía había demasiado movimiento pese a haber menos gente de lo habitual, era entendible pues todos estaban ocupados con los casos de aquel día, si no fuera por su sentido de responsabilidad todos estarían pegándose un tiro.

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Seiryū
FanfictionLa florería es un bello lugar lleno de colores, aromas, relajación y belleza. Pero la máxima atracción y fuente de atención es sin duda el joven que trabaja allí. Un misterio se esconde tras esos preciosos orbes azules, el pasado es generalmente una...