Capítulo 10

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Llegado a este punto ya no sabía qué pensar ni que hacer, tampoco podía suponer lo que ese sujeto estaba pensando; comenzó a sudar frío mientras los segundos pasaban, se sentía terrible al estar sometido a la fuerza, excitado en las manos del contrario y pegado a los estante, encima de eso, tener a Choromatsu del otro lado de la puerta lo tenía al límite. Volteó a ver a su agresor nuevamente, este parecía alerta mientras observaba fijamente hacia la puerta, pero apenas quiso moverse este dirigió sus ojos sangrientos hacia los suyos, evidentemente no estaba dispuesto a soltarlo.

--¿Qué haces?-- Preguntó con una voz neutral, ¡como si realmente no se enterara de que estaba apunto de cometer un crimen!

-- ¡¿Ha?! ¡Eso debería decir yo! ¡¿Porqué mejor no te quitas de una vez?!-- Responde de una manera arisca tratando de mantener un tono bajo. Poco a poco volvía a ser dueño de su cuerpo, por lo menos su voz estaba recuperando la frialdad que tanto lo caracterizaba, pero el maldito problema de sus pantalones palpitaba con vehemencia.

--Mmnn…-- Osomatsu entrecerró sus ojos luciendo frío e imponente al aumentar la fuerza sobre su agarre sin dejar de masturbarle --No sabía que tuvieses aquí a alguien de confianza, Karamatsu. Anda, cuéntame de quien se trata, si lo haces pensaré en soltarte-- aquella voz… el ojiazul no necesitaba ver al mayor, sabía de sobra que estaba sonriendo, claramente molesto por la interrupción pero a la vez divertido por el peligro de ser descubiertos.

El florista sabía perfectamente lo que significaban dichas palabras “amistosas”, quería la información de su amigo, en realidad más allá de eso quería averiguar qué tipo de relación tenían, podría decirle que eran amigos, aunque eso de seguro le haría reír a carcajadas.

¿Él? ¿Amigo de alguien? probablemente no pueda tomarlo en serio, después de todo, mientras estuvo bajo su techo jamás le interesó conocer a sus compañeros de trabajo, mucho menos involucrarse con su jefe pese a que él le hizo cercano a la fuerza, pero ahora podía recordar un rostro que valiera siquiera algo en su vida además de su hermano. 

--¡Ngh…!-- Jadeó, no dejaba de temblar por sus toques tan certeros, pero aún así no se había rendido, no iba a dejar que años de arduo esfuerzo se fueran a la mierda solo por los caprichos de ese sujeto -- Agh… maldición… e-eso no te importa… ni creas que voy a caer en tu juego...--

*Toc* *Toc* *Toc*

--¿Karamatsu? oí algo ahora mismo… ¿estás bien?-- La voz del detective sonaba lejana del otro lado de la puerta, pero eso no impedía notar la genuina preocupación en sus palabras --¿podrías abrirme la puerta, por favor?-- 

Extraño, era una sensación desconocida, para alguien que solo utiliza a los demás para sobrevivir, era incómodo y desconcertante al mismo tiempo. Que alguien se mostrara interesado en él, que se preocupara y que lo tuviera en cuenta era algo… fuera de su mundo. Cerró sus ojos con fuerza, su miembro todavía dolía, quería venirse a toda costa, pero no tenía intenciones de perder esa partida contra el oji-escarlata, su única salida era...

--Choromatsu…-- Susurró viendo nuevamente la puerta, sus cejas se habían relajado un poco, le sabía mal no poder responderle ahora, aunque ganas no le faltaban, si fuese más fácil gritaría con tal de sacarse al otro de encima, pero no podía hacerlo, sabía de sobra que solo por un presunto intento de violación no sería suficiente como para castigar al oji-escarlata, su poder era tal que ni siquiera pisaría el juzgado antes de ser declarado inocente. --¡¡Angh…!!--

--Jaja… vaya… con que “Choromatsu” ¿Eh...? Debe de ser alguien importante si ni siquiera te tomas las molestias de usar el sufijo-- la fuerza en el agarre era mayor que antes, seguramente la piel bajo el buzo del menor estaría roja, la marca de su mano en aquel lienzo tan blanco era algo que le encantaba. Dejar rastros de él en el cuerpo de Karamatsu era algo que siempre le hacía perder la cabeza. Pero ahora, aquellas marcas eran de pura furia, una tan descomunal que le costaba controlar.

SeiryūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora