Entendiendo la situación; se debatió internamente que era lo que debería hacer. Por un lado estaba su deber y aspiración que lo llamaba y por otro lado estaba Karamatsu quien lo necesitaba ahora, si lo dejaba botado en ese estado no se lo perdonaría.
Decidió entonces ser un adulto responsable y se devolvió por donde vino para hablar con el florista, quien estaba sentado terminando lo que quedaba de su desayuno, Choromatsu lo miró con cierta culpa que el otro pudo notar.
--¿Qué es lo que pasa, my friend? ¿Era del trabajo?-- Preguntó con su voz gentil, actuando como un analgésico en el herido corazón del oji-esmeralda.
--S-sí, era Ichimatsu, me dijo que algo grave pasó en la estación de policía y que necesitaba urgentemente mi ayuda--
--Oh, ya veo-- Respondió con una sonrisa --El deber llama ¿No es así?--
Anticipándose a cualquier cosa, Choromatsu comenzó a hablar nuevamente, esta vez más rápido. --P-pero no puedo dejarte aquí solo, me había comprometido a cuidarte y eso haré, no importa lo que pase, yo sé que mis colegas lo resolverán, no hay de qué preocuparse—
La expresión en los ojos azules del menor fue más suave y llena de compresión al darle una mirada tranquilizadora al detective --No me iré a ningún lado. Estaré aquí cuando regreses, puedo arreglármelas solo por unas horas, además ya comí suficiente como para que ni siquiera me de hambre hasta el almuerzo--
--Pero...-- Trató de insistir.
--Choromatsu--
--¡Ah! ¿sí?--
--Ve tranquilo, si te llamaron quiere decir que te necesitan-- Siguió insistiendo pero el contrario todavía se veía renuente a irse --Entre más tardes en ir, más tardarás en volver--
--Yo...-- Choromatsu lo pensó por un momento, cuando alzó la mirada, el oji-azul asintió dándole seguridad, apretando sus puños con firmeza, esto era difícil para él. --Está bien, iré... solo con la condición de que tomaras las medicinas como corresponde, así me quedaré más tranquilo--
Karamatsu quería rodar los ojos por la excesiva preocupación pero se contuvo --Esta bien, te lo prometo--
El detective se dio la vuelta pero al llegar a la puerta, se volteó nuevamente. El florista volvió a sonreír y sacudió la mano en forma de despedida.
El enamorado corazón del oji esmeralda palpito nuevamente por la vista, era como si estuviera siendo despedido por su pareja --Vo-Volveré tan pro-pronto como pueda-- Declaró mientras la sangre comenzaba a subir por sus mejillas, por lo que se apresuró en salir de la habitación.
Luego de que la puerta se cerrara, la sonrisa desapareció del angelical rostro del menor. Soltó un profundo suspiro notando un pequeño dolor de cabeza.
--"Es oficial, odio los resfriados"-- Pensó para sí mismo mientras se dejaba caer de espaldas sobre el colchón.
Sus ojos estaban prácticamente clavados en el techo de madera de su habitación, recordando los minutos anteriores y sintiéndose extraño por el repentino silencio de su residencia.
Algo andaba mal, y era lo suficientemente serio para qué Choromatsu se fuera de esa manera. Inmediatamente el nombre de Osomatsu salió como posible causa, después de todo, era él quien le había causado tantos problemas a la policía de Akatsuka en las últimas semanas, causar revuelo donde generalmente no lo había era su hobbie favorito y lo podía hacer con un movimiento de su dedo, lo cual era lo más preocupante.
Tenía curiosidad de saber que había pasado; pues aunque no quisiera, si es que ese bastardo estaba metido en eso, terminaría involucrado, no como un cómplice, sino como el objetivo.

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Seiryū
FanfictionLa florería es un bello lugar lleno de colores, aromas, relajación y belleza. Pero la máxima atracción y fuente de atención es sin duda el joven que trabaja allí. Un misterio se esconde tras esos preciosos orbes azules, el pasado es generalmente una...