Seiryū

Capítulo 14

--Bien, lo primero que debes hacer es darte un buen baño caliente y luego a acostarse de inmediato para que no te afecte demasiado el cambio de temperatura, mientras yo iré por unas mudas y lo que sea necesario, porque de aquí no me van a mover ni siquiera en grúa ¿entendiste?-- Habló el detective Kamiya con un tono severo mientras subían por las escaleras al cuarto principal.

Karamatsu suspiró, estaba un poco... demasiado agotado y la gripe lo tenía lo suficientemente desenfocado de la realidad para seguir escuchando las instrucciones de su amigo, realmente agradece su buena voluntad, pero era capaz de golpearle en la cara con la poca fuerza que le quedaba si seguía taladrando su cabeza con su voz.

En cuanto al oji-esmeralda, bueno... la razón de por qué no podía dejar de hablar era porque cada vez estaba más consciente de que estaba dentro del espacio íntimo de su crush, no es como si lo hubiese deseado o planeado con premeditación, pero aun así se sentía nervioso. Al entrar en la habitación un olor añejo pero nada desagradable inundó sus fosas nasales, la casa era antigua después de todo, tenía un ligero olor a madera que incitaba a la nostalgia, por otro lado, notó que hasta donde había podido observar, incluyendo la cocina y la habitación en el piso de abajo en donde se quedaría, la casa estaba muy limpia y ordenada, además de bellamente decorada por un montón de adornos antiguos más al estilo occidental que el tradicional estilo japonés que se esperaría en una casa relativamente vieja.

También estaba decorada con varias flores, era obvio, Karamatsu tenía un buen gusto para mantener plantas en su casa, no eran demasiado extravagantes, pero combinaban bien con el espacio en que estaban dispuestas.

De pronto sus neuronas volvieron a enfocarse en el paciente y se dispuso a ayudarle a retirar su polerón de buzo para que pudiera ir al baño, pero la reacción del contrario fue inédita; se sobresaltó tanto que se alejó de él un metro más abrazando su ropa mirándolo concierto temor que le hizo sentirse mal.

--Lo... lo siento, quería ayudarte a...--

--Si, si entiendo, Choromatsu, eres un sunshine al ofrecer cuidarme, p-pero preferiría que tanto el cambio de ropa como el baño sea un tema... personal... es algo muy íntimo para mí, verás...--

El rostro del contrario pareció recordar que más de alguna vez había expresado su respeto al espacio personal pese a lo amigable que podía ser con todos, se sintió algo avergonzado por tratar de irrumpir su comodidad de esa forma y miró hacia otro lado.

--Es verdad, fui imprudente...-- Ya no había más que decir, por lo que se limitó a apretar ligeramente los puños y pretender irse --Bueno, como te dije, prepárate para ir a la cama y yo mientras iré a mi departamento, llámame si necesitas algo, no tardo ¿sí?-- El oji-azul asintió con una pequeña sonrisa y relajando su postura mientras que Choromatsu salía.

Al bajar las escaleras y cerrar la puerta de entrada a la casa por la florería, por supuesto cogiendo unas llaves de repuesto, se hincó ahí mismo tapando su rostro con ambas manos y chillando por lo bajo.

--Entré a su habitación... entré a su habitación... ¡Voy a entrar luego en su habitación! ¡Oh cielos! Nunca esperé llegar a tanto ¡y menos que estaría cuidando de él! Dios, siento que estoy flotando... ¡Estoy tan feliz, maldita sea!-- Exclamó sin hacer demasiado ruido mientras se desplazaba alegre agitando sus brazos como un niño.

Se detuvo abruptamente para mirar alrededor y acariciar su barbilla como lo hacía tratando de descifrar pistas de un caso.

--Esta sería la oportunidad perfecta para saber más de él, claro que sí. También... de su relación con ese tal Osomatsu...-- Se quedó pensando por un momento, pero volvió a mirar hacia al frente sorprendido de su curiosidad, si bombardear a su enfermo amigo podía generar incomodidad y eventualmente rechazo, no iba a arruinarlo. --Bah~... en algún momento sabré que se traen esos dos, no debería preocuparme demasiado, después de todo ¿Qué debería importarme el saber de un aparecido? Nada ¿verdad? jajajajajaja--